PERDÓN, PERDÓN, PERDÓN…, UCRANIA…

Nunca dejará de sorprenderme, y de cuestionarme, y dolerme, la infinita capacidad de perder la memoria, el adormecimiento y –peor aún-, esa abulia, indiferencia, falta de compromiso y ACOSTUMBRAMIENTO que tenemos los seres “humanos” frente al dolor de nuestro prójimo.

El desgarro y sangría de la TRAGEDIA de UCRANIA, al menos a mí, nos vuelve a recordar esto, y nos revuelve interiormente, ya que vivimos ¡tan ausentes y de espaldas! –demasiado-, a esta realidad -¡ACTUAL!- que sigue siendo ¡tan lacerante!…

¡Somos TAN egoístas y autistas, no sólo con esto!: en esta semana, una vez más, el mar ha devorado a ¡más de 700 PERSONAS!, desesperadas por vivir con dignidad…, y en los Medios de Comunicación y en las Redes Sociales, y en nuestra propia “pantalla existencial”, sólo ha pasado como una noticia más…, otra más de esas “traviesas” trampas del destino en las aguas… Es que ¡estamos tan ocupados y preocupados por las vacaciones que se nos acercan, con sus planes y demás; y con las Elecciones y esa política ya demasiado rastrera que estamos PERMITIENDO…; y con un sinnúmero de cositas de nuestro YO YO YO YO YO…, que vivimos en una isla o burbuja…, sin percatarnos de las otras personas, menos aún si son sufrientes: no queremos problemas ni complicaciones ni dolor!… Incluso nos atrevemos a decir: “con lo mío ya tengo bastante y suficiente”…, o “cada uno sabe lo suyo”…, o “yo no puedo hacer nada”…, o “yo ya colaboré” (como si la SOLIDARIDAD fuera una latita donde meter monedas)…

¡Nos ACOSTUMBRAMOS al sufrimiento de nuestro prójimo, y a esas noticias de golpe de telediario! La TRAGEDIA de los hermanos es casi ya como un espectáculo, cotidiano, que sólo MIRAMOS…, y –por supuesto- protestamos, hacemos los consabidos comentarios y reflexiones del momento… y… ¡siguen las noticias!… Total: ¡a mí no me tocan! ¡ni a los míos tampoco!…

¡Cuán enfermos estamos!

¡Cuán poco -¡muy poquito! ¡de la boca para fuera!-, AMAMOS!

Con lo que os estoy compartiendo, no hago de juez, ni pretendo ser didáctico moralizante. Simplemente, os confieso una desazón, reflexión, inquietud y dolor, que experimento ante estas realidades HUMANAS que no dejan de cuestionarme y movilizarme…

Voy a apelar a vuestra imaginación y sensibilidad: ¿os imagináis que vuestra ciudad, vuestro barrio, vuestra casa, vuestros campos…, sean totalmente arrasados y aniquilados?… ¿y que os quedéis sin nada, perdiéndolo TODO?… ¿Os imagináis que os tengáis, a la fuerza, involuntaria e innecesariamente, que marcharos de vuestra Patria, por la crueldad de una guerra, y/o por ¡tantas! otras razones, como sigue ocurriendo en este mundo?… ¿os imagináis que llegáis a sitios, ciudades, pueblos, países, gentes, culturas, idiomas, religiones…, que no son las vuestras?… ¿os imagináis que vuestras FAMILIAS queden desarmadas –y destrozadas, y repartidas-, porque vuestros varones deben ir a la guerra, mayores y jóvenes (muriendo muchos de ellos), o porque perdéis hijos/as, padres, madres, abuelos/as, tíos/as, primos/as, novios/as, vecinos/as…, parentela…, amigos…, compañeros de trabajo y de estudio…, conocidos en general…?… ¿os imagináis los abusos y violaciones de toda clase; las mutilaciones; las heridas de todo tipo –no sólo físicas, sino psíquico/mentales sobre todo-; el hambre; el frío; la orfandad; y TODA especie de HORROR que se da –siempre- en una guerra?…

Seguid imaginando, porque nada de eso es fantasía ni una falacia. Es más: ESO es lo que ocurre –día a día, segundo a segundo-, hace ya más de un año, en nuestra EUROPA… Estamos CONVIVIENDO con eso… ¿NOS DUELE… LO SEGUIMOS… HICIMOS y HACEMOS ALGO POR ELLO?… Quizás, nos cuesta imaginar todo eso… Quizás lo que alcanzamos a imaginar, no se acerca ni un milímetro a la REALIDAD… Pero: LA REALIDAD ES LA REALIDAD, y LA VERDAD ES LA VERDAD…, aunque nosotros sigamos –o querramos seguir- en nuestra confortable y tranquilita y segura burbuja… Total: ¡vemos las noticias en el telediario!… y, si cabe, hablamos y hablamos y hablamos sobre ello…

Pues bien, días pasados, me ofrecieron la oportunidad de estar en un CONCIERTO SOLIDARIO, para recaudar fondos para la compra de AUDÍFONOS para las MILES de PERSONAS que han PERDIDO la AUDICIÓN POR LA GUERRA. Os confieso que, en el fondo, la SOLIDARIDAD la recibí yo de ellos, porque me aportaron y regalaron una experiencia ARTÍSTICA y HUMANA maravillosas, y nuevas para mí. El “universo” de la SORDERA me es muy cercano, personal y movilizador, mucho más en este caso, por su contexto.

No puedo expresaros con palabras, mi experiencia de ese domingo. El CONCIERTO fue en la iglesia de SAN PELAYO DE ANTEALTARES, del MONASTERIO (del mismo nombre) de MONJAS BENEDICTINAS, en Santiago de Compostela. Estuvo muy concurrido, pero faltaron las Autoridades, políticos, representantes de instancias e instituciones…, en fin: ya me entendéis. Toda esa gente que llena su boca de soflamas solidarias y humanitarias, más todavía en los tiempos electorales que vivimos en España. Pues bien: a este gesto concreto de SOLIDARIDAD, no fue nadie de ellos, ni se justificó en su ausencia ni se disculpó. Estaban todos invitados. ¿Quizás su ausencia fue, porque el evento era organizado por unas Monjas, y en una iglesia?… Vale. Después no faltan quiénes se atreven a “hablar” de la Iglesia… Al menos en ESPAÑA, la IGLESIA está siendo un cordón y escudo social que –silenciosamente- está evitando ¡tantos otros males peores, como es un estallido social! Y lo mismo pasa en el resto del mundo y Humanidad. Es que: “Si a Mí me persiguieron, a vosotros también os perseguirán”… “Ladran, Sancho: señal que cabalgamos”…

Este CONCIERTO tiene el nombre de: “TROBADORES y BANDURISTI”, y nos regalaron música popular de Ucrania y música antigua hispana. PAULINA CEREMUZYNSKA, en el canto; y SOLOMIIA SAVCHUK, en canto y en la ejecución de la bandura. Nos deleitaron con bellísimas piezas musicales y de canto, y la mucha concurrencia no dudamos en ponernos de pie, y aplaudir, aplaudir, aplaudir, aplaudir…, aplaudir…

Hubo un ambiente afectivo humano, de cercanía, acogida, y despertaron mucho interés en seguir ayudándolos. UCRANIA es un pueblo ¡admirable!, y con esa identidad, dignidad, resiliencia, ardiente paciencia, entereza moral, sencillez, alegría y calidez humana, siguen estando de pie…, y no postran sus rodillas ante el invasor causante de ¡tamaña! injusticia y tragedia. ¡MUCHO HAY QUE APRENDER DE LOS UCRANIANOS, MUCHO!

Su MÚSICA es como un “dejo” a modo de eco milenario, de melancolía, ternura, interioridad y belleza. Conmueve escuchar esa música, y esas canciones. Hay una vibración casi espiritual en ellas.

Cuando acabó el Concierto, una persona amiga me preguntó mi parecer. Pues bien: ante ello, me pasó lo que me ocurre siempre cuando experimento el ARTE… y lo contemplo… y lo disfruto… ¡Me quedo MUDA! La experiencia artística, siempre me supera y trasciende, y me deja “ahí”, desbordada… Sólo atiné a decirle: “¡cuánto dolor”! Es que es una de las sensaciones y percepciones, que experimenté en este Concierto. ¡Toda la MÚSICA y el CANTO de UCRANIA son como un “rasguido” de dolor melancólico, amoroso y de añoranza. ¡Qué pueblo sufrido, y martirizado, el ucraniano, a lo largo de toda su Historia!… Así es, queridos lectores:

¡cuánto dolor!…

Y así acabo. Antes, si queréis comprometeros y colaborar o seguir colaborando con UCRANIA, os doy la información de la Institución que contactaron las Monjas Benedictinas, para esto.

Su nombre es AGA-UCRAÍNA. Este Concierto tuvo un propósito exclusivo (pero no excluyente: porque tienen otros proyectos, y necesitan que los ayudemos), que es el de los AUDÍFONOS.

En el folleto que nos dispensaron, consta que:

Hasta ahora, la GUERRA dañó y destruyó 927 instituciones médicas en su país. Necesitan recaudar fondos para ayudar al “Instituto de Investigaciones Científicas de Rehabilitación postbélica y prótesis” y, una de esas necesidades es la de la AUDICIÓN, porque el 80% de las víctimas sufrieron la explosión de una mina o misil o bomba o metralla, perdiendo gran parte o totalmente la audición.

Ya han recaudado 77.000 euros, para financiar 160 audífonos. Pero necesitan mucho más, porque las víctimas de ello, son miles.

Si visitáis su página web: www.agaucraina.org podréis conocerlos más y mejor, y acceder al número de su Cuenta Bancaria, si queréis y/o podéis ayudarlos. Con monedas también se construye la SOLIDARIDAD y la COMPASIÓN y el COMPARTIR, como los granos de arena que hacen la playa en la mar…

Hasta la próxima, amigos.

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