OUTLANDER Y LA COMUNIÓN DE AMOR.

“Eres sangre de mi sangre, y huesos de mis huesos.

Te doy mi cuerpo para que seamos uno.

Te doy mi espíritu, hasta que dejemos esta vida”.

(Juramento del Sacramento matrimonial escocés, en OUTLANDER).

En el libro en forma de Ensayo de Estudio y Análisis que estoy escribiendo, tengo todo un capítulo –aún sin acabar, porque es mucho lo que hay para elaborar y plasmar por escrito- dedicado al tema del AMOR en su dimensión y vivencia espiritual-carnal que nos presenta Diana Gabaldon en su Saga Literaria y también presente en la Serie “OUTLANDER”.

La presencia de lo sexual, de lo carnal, de forma tan explícita, sin dobles ni trucos, pero no pornográfica, abrió un antes y un después en las pantallas a la hora de escenificar y mostrar públicamente la intimidad física entre las personas. Por eso hubo quienes calificaron a la Serie “Outlander” como ROMPEDORA, por ser total y radicalmente innovadora y avanzada en esto. Lo importante es que la Serie no es valiosa SÓLO por esto, sino por una infinita cantidad de características que tiene. La Serie no se agota en esta explicitación carnal-sexual sino que, siendo original, vanguardista, progresista y reformadora en un campo así, está cargada de muchos otros ricos y profundos temas y contenidos (de todo tipo y tiempo) y sellada con una estética exquisita, trabajada, elegante y de fina sensibilidad y humanidad. Éstas son algunas de las razones por las que “Outlander” conmueve y “llega”. No es por ser un espectáculo de sexualidad-genitalidad barata, común y corriente, ni comercial. “Outlander” no es pornografía, ni en sus páginas ni en la pantalla. Estas cosas debemos tenerlas muy claras a la hora de contemplar los escritos y las imágenes. “Outlander” es una pieza artística, no algo para ponernos cachondos ni para excitarnos ni para alimentar y dar cauce a nuestros instintos y pasiones, por muy humanas que sean. Estamos contemplando y disfrutando una PIEZA DE ARTE, bellísima, elegante, sutil, conmovedora, motivadora, cuestionadora, original, emotiva y excelentemente construida, representada e interpretada. El sexo y lo carnal de “Outlander” están impregnados e incrustados en una diégesis y universo infinitamente más sémico, significativo y connotativo que lo que superficiales y paupérrimas valoraciones pueden hacer algunos sobre ello. Quienes se queden varados en la superficie, perderán la sustancia de todo lo que yo llamo el “universo Outlander”. No se encontrarán con Diana Gabaldon ni con la Serie de tv. La misma Caitriona Balfe (Claire Fraser en la Serie de tv) afirmó una vez que “para excitarse, la gente (y los fanáticos) pueden obtener su excitación en otra parte”. Comparto absolutamente esta afirmación. Además, con ella Caitriona exalta la cualidad y calidad de “Outlander”, y esto también lo comparto. Ella tiene muy claro qué es “Outlander” y cómo acceder y quién puede acceder al “universo Outlander”.

¿Por qué entonces conmueve y arrastra tanto “Outlander” y, puntualmente, sus escenas íntimas de sexualidad amorosa? … Hay que reconocer que ello forma parte de la identidad y esencia de la Saga Literaria y de la Serie. Por supuesto. Y no queremos, de ninguna manera, que esto se pierda o desfigure o simbolice. No queremos un Outlander “licuado.” “Outlander” nació siendo lo que es. “Outlander” es “Outlander”. No pretendamos rebajar su intensidad ni su pasión ni su fuerza dramático-amorosa. Entonces: ¿por qué “Outlander” ES lo que es en sí misma y para nosotros?… No voy a agotar todo el desarrollo de mi respuesta al respecto: eso lo tendréis en mi libro. En estas publicaciones (ENTRADAS) de la Sección (CATEGORÍA) OUTLANDER de mi BLOG ya sabéis que os regalo algunas “puntadas” para que juntos sigamos construyendo este entramado bello que cobija, acaricia y protege nuestra persona, mientras esperamos expectantes la Temporada 6 y las subsiguientes novedades de la historia de JAMIE y CLAIRE FRASER. Solamente os ofrezco en estas publicaciones el seguir manteniendo la llama vigilante de esta espera esperanzada y ansiosa, mientras nos acompañamos en este proceso y camino. Simplemente os diré, a modo de “pizquita”, que lo sexual y carnal es esencial en “Outlander” simplemente por algo: el AMOR. Y lo coloco con mayúsculas, porque el AMOR en “Outlander” no es cualquier concepto de amor ni cualquier supuesta vivencia del mismo. Y por eso os he encabezado la publicación con esa bellísima y significativa foto de la Noche de Bodas de Jamie y Claire Fraser, acompañada del Juramento sacramental matrimonial escocés que ambos se juraron al casarse.

El AMOR es el motor, la médula, la matriz, de toda la vida sexual-carnal de Jamie y Claire Fraser, en una percepción y vivencia integrada con lo espiritual, por todo lo cual ellos se conocen, encuentran, se sienten, se perciben, se experimentan, como UNO. Podría decirse que en ellos SEXO-AMOR-ESPÍRITU-COMUNIÓN-UNO son la misma y única realidad y plenitud. No separan. Viven todo esto integral, natural y normalmente. SON ASÍ. SE AMAN ASÍ. EXISTEN ASÍ. VIVEN ASÍ. La vivencia del AMOR de esta manera es radicalmente diferente a lo que se había visto hasta ahora en las pantallas, una representación esencial y radicalmente distinta a lo que estábamos acostumbrados, sobre todo porque lo sexual-carnal destaca, refuerza y profundiza el tema de la COMUNIÓN. En esta Serie vemos una mirada feminista también, sin ser radical. Se nos muestra clara y totalmente a la mujer en su sexualidad y genitalidad, siendo protagonista y, a veces, tomando la iniciativa, y no por ello es presentada demonizada ni como mujer prostituida ni como villana. Claire no es disminuida como personaje por ser así. Más bien al contrario. Y así es que vemos una relación heterosexual igualitaria, consensuada, equilibrada, no de dominio y sumisión sino de entrega total mutua y recepción mutua, al mismo nivel, pasión e intensidad; buscando la felicidad, placer, satisfacción y plenitud del otro. La relación sexual íntima, al igual que los momentos y detalles tiernos de la cotidianidad, son un espacio sagrado para ellos, son el vergel que alimenta y sostiene sus personas y vidas, porque en ellos hay y va el AMOR. Lógicamente, cuando se presenta en la pantalla una trama tan compleja como la del “universo Outlander”, acompañada de una emotividad atractiva y un contenido sensual y sexual no vergonzante ni degradante, atrae al espectador, el público sintoniza. Cómo no hacerlo cuando contemplamos a Jamie y Claire que no quieren simplemente acostarse y “desatarse” sexualmente, sino que quieren, buscan y se afanan y disfrutan y son felices en querer conocerse mutuamente (por eso se miran, como contemplándose), se escuchan, se comprenden, se aceptan, se perdonan, comparten, se descubren mutuamente… Ambos buscan que al otro le guste el sexo que recibe de él o ella, no hacerle daño, que disfrute y sea feliz. Por todo esto es que es también tan importante y esencial la expresión y explicitación amorosa íntima entre Jamie y Claire Fraser. No son dos bestias en celo. El sexo y la intimidad y fusión sexuales no son por el sexo mismo ni por el placer y disfrute personal, en Jamie y Claire. No buscan disfrutar y gozar para sí mismos, sino para el otro y para seguir alimentando y solidificando la comunión amorosa. El sexo y la “actividad” sexual íntima y cotidiana son las fuentes y los canales de su AMOR. En ellos lo sexual e íntimo no se separa nunca del AMOR. Son dos personas que se AMAN apasionadamente con todo lo que cada uno es: cuerpo y alma. Por eso no es pornografía ni tampoco una relación espiritualoide ni angelicaloide. Son dos heterosexuales que se aman así, tal cual lo que son: espíritu encarnado. Personas humanas.

En “Outlander” contemplamos, en Jamie y Claire Fraser, que hay una apasionada, tierna, participativa, igualitaria, consensuada y amorosa erótica de la conversación, de los gestos, de los detalles, de los actos, de las miradas, de los silencios, del convivir, del placer de mirar y contemplar, sin violencia ni maltrato ni usar al otro, porque son dos personas que se aman y se sienten y experimentan como UNO, se reconocen en la unidad esencial del AMOR. Por eso necesitan de esa fusión física también, porque ella fortalece, nutre, acrecienta, profundiza y consolida aún más la certeza y vivencia espiritual de amar y ser amado, para ser UNO. Y esta certeza va evolucionando, creciendo, solidificándose y volviéndose fecunda en la paternidad-maternidad y la familia, con la descendencia. Su AMOR no termina en ni con ellos. Su AMOR los eterniza en la fecundidad. Es la sexualidad hecha fecundidad eterna en la procreación, y de esto tienen absoluto convencimiento y opción fundamental Jamie y Claire, y reiteradamente lo dicen: son padres y abuelos, y son cabeza y núcleo de un Clan y de una descendencia sanguínea y no consanguínea. Es una fecundidad generosa, desinteresada, solidaria, comprometida, abierta y universal. El sexo en Jamie y Claire es responsable y solamente está motivado por el AMOR y para el AMOR. El AMOR de Jamie y Claire es un PROYECTO DE VIDA, unidos, no una improvisación ni momentos apasionados fugaces. Por eso, a pesar de una vida con muchos dolores, problemas, fracasos, pérdidas, muertes, tragedias, Jamie y Claire viven con alegría, con emoción, con esperanza, con ilusión, con fortaleza, con pasión, cada instante de sus vidas juntos, cada experiencia de su cotidianidad unidos, cada proyecto, cada encuentro físico íntimo. Y esto acrecentado y “petrificado” con el paso de los años. Por eso, el TIEMPO es uno de los grandes temas esenciales en el “universo Outlander” también (y de él me ocupo en otro capítulo de mi libro). Los hemos visto crecer ante nosotros, nuestros ojos los llevan contemplados en las páginas y en la pantalla durante muchos años de sus vidas: jovencitos, adultos, maduros y mayores. Seguramente también en su vejez y ancianidad, hasta su muerte, tal como Diana Gabaldon nos va llevando en la historia. Y junto con ellos recorremos el Misterio del Tiempo, el de la Historia y el de la Eternidad. En la 3era., 4ta. y 5ta. temporadas nos encontramos con un Jamie y Claire Fraser esencialmente los mismos, pero maduros, incluso en su sexualidad. La esencia de su amor carnal no ha cambiado: se desean porque se aman y por eso quieren y necesitan ser UNO, pero el calibre y dimensión con el que lo viven es mucho más rico, sereno e integrado en su adultez, en su consolidación como matrimonio y familia. Y el sexo les ayuda esencialmente en esto. No ha cambiado el “qué” sino que va madurando el “cómo”. Las relaciones sexuales íntimas son posibles y esenciales en una relación de AMOR como ésta, pero están integradas y armonizadas en toda una vida ya compartida, y que es la que alimenta justamente toda esa comunión del “sangre de mi sangre, huesos de mis huesos… para que seamos uno, hasta el final de nuestros días”. El paso del tiempo no empobrece ni desgasta el vínculo, ni lo vuelve aburrido ni tedioso ni rutinario, porque Jamie y Claire han construido, y siguen haciéndolo hasta el final, su vínculo sobre un “soporte” mucho mayor y más fuerte que todo y que todos: el AMOR con mayúsculas. Un AMOR carne-sexo-espíritu: ése es el AMOR de Jamie y Claire Fraser. Y es esto lo que los hace ser creativos y mantener la vida sexual de una manera fresca, interesante y siempre nueva. Son una pareja mayor, llevan casados muchos años, teniendo sexo durante toda esa vida, y ello es un constante desafío, búsqueda y realización del dar placer y felicidad al otro. Constantemente están descubriendo y disfrutando cosas nuevas el uno del otro, para complacer al otro, y como una forma también de reflejarse mutuamente sus perspectivas, matices, concepciones y vivencias de sus diferentes épocas. La relación sexual de ambos, ya en la adultez, cuando ya son mayores, sigue siendo creativa y de “miradas” y mutua contemplación.

Porque “el amado siempre contempla a la amada y la amada siempre contempla al amado”. “Y mi amado es para mí y yo soy para mi amado”.

Para terminar esta publicación, en la que hago ciertas aproximaciones a contenidos que desarrollo y desarrollaré mejor en mi libro, sobre este tema del SEXO y AMOR en “OUTLANDER”, voy a acabar con un pensamiento:

Yo no sé con certeza absoluta si Diana Gabaldon es creyente, y/o practicante religiosa, pero lo cierto es que, en la manera de “trabajar” y regalarnos estos temas, al igual que lo hace la adaptación a la pantalla en la excelente y maravillosa Serie “Outlander”, hay una cosmovisión plagada de matices bíblicos, e incluso de la Teología Cristiana del Matrimonio, de la misma Antropología Filosófica Humanista y Personalista, en expresiones, contenidos, planteos… No puedo dejar de pensar, por ejemplo, en algunos Salmos, en el Libro del Cantar de los Cantares, en algunas expresiones, actitudes y gestos de Jesús, en el Libro del Apocalipsis, en el Libro del Génesis, en textos del Evangelio, en algunas enseñanzas de la Patrística y de los recientes Papas… No sé. Desde mis conocimientos bíblicos, filosóficos y teológicos, veo-siento-descubro mucho de ello en el “universo Outlander”. Puedo estar equivocada. Puede ser una percepción de mi sensibilidad, simplemente. Pero lo siento así. Y no me extenderé ahora en esta correlación porque la estoy desarrollando más ejemplificada y más profundamente en mi libro. De momento, no os quiero aburrir ni abrumar más.

Cerrando: que nos quede claro que el sexo y la intimidad sexual en esta relación, tal como está en la Saga Literaria y en la Serie, no es sexo “gratuito”, sin sentido, pornográfico y de erotismo hueco y vacío. Muestra lo que realmente sucede en una relación sexual, en una pareja heterosexual que consiente: lo contemplamos tal cual en la pantalla. Sin trucos ni dobles ni artificios ni complejos. Y éste es el gran aporte y giro copernicano que ha ofrecido “Outlander” y ha revolucionado la tv, ha marcado un antes y un después en el tratamiento y representación de la intimidad sexual en la pantalla. Y ello lo enmarca en TODA la realidad de esa pareja, que es por y para el AMOR. De ahí que “Outlander” no se fagocita en lo sexual, ni nosotros nos desvanecemos en esos momentos intensos, pasionales e íntimos. Hay “mucho más”. La estética de “Outlander” por todo esto es que es rompedora, atrevida con el Sistema, e iniciadora de todo un nuevo tipo de Series. De ahí que “Outlander” tenga ¡¡tanto mérito y valía también!! en la Historia del Lenguaje Audiovisual. Se ha ganado con creces un sitial de Honor. ¡¡Tan merecido, por cierto!!

Ahora sí. Os dejo tranquilos.

Sigamos expectantes, ansiosos… y ¡¡sufrientes!! esta espera de la 6ta. temporada. Sigamos unidos en Facebook y también os ofrezco éste, mi Blog. Y, por supuesto: ¡¡sigamos re viendo, re viendo, re viendo las temporadas anteriores de la Serie y retozándonos en la lectura de las páginas creadas tan magistral y maravillosamente por la genial Diana Gabaldon!!

““Ser una sola carne”, sea en el íntimo abrazo físico, sea en la unión de los corazones, de los espíritus y de las vidas y, quizás, en el hijo que nacerá de los dos, el cual llevará en sí, uniéndolas no sólo genéticamente, sino también espiritualmente, las dos “carnes”. La unión matrimonial en y por el Amor no solamente en su dimensión de entrega total sexual y corpórea, sino también en su donación voluntaria, total e íntima de Amor”.

Esto para mí sintetiza bastante lo del sexo en OUTLANDER.

Hasta la próxima, amigos. Mis amigos de “OUTLANDER”.

1 comentario en “OUTLANDER Y LA COMUNIÓN DE AMOR.”

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