¿TELÉFONO ROJO? VOLAMOS HACIA MOSCÚ.

Otra de las OBRAS MAESTRAS del GENIAL ¡STANLEY KUBRICK!

Os la traigo al recuerdo porque la he vuelto a ver, sin arrepentirme. Y porque creo que es de eterna actualidad, más aún en estos retorcidos, mentirosos, sangrantes y diabólicos tiempos que sufrimos, más que vivimos.

Está catalogada como un gran CLÁSICO, y ello es con justicia. Solamente, alguien como STANLEY KUBRICK, pudo crear esta maravilla cinematográfica, como Guionista, Productor y Director. Y reunir, en un excelente Casting y Actuaciones memorables, a un conjunto de talentos, calidad y experiencia, como: PETER SELLERS, GEORGE C. SCOTT, STERLING HAYDEN, TRACY REED… y demás compañeros de interpretaciones.

Es una película de 1964. En blanco y negro: a propósito, y con una finalidad narrativa, de contenidos y de estética. El mundo vivía (¡y nuevamente lo estamos sufriendo, porque nunca acabó realmente!) la llamada “GUERRA FRÍA”, la hijita de la “Segunda Guerra Mundial”. Un mundo partido en dos mitades, en dos “colores”, y bastante descolorido y despistado. Y muy caótico. Amenazado nuclearmente, y en manos de gente que no son precisamente Hombres de Honor ni de Estado ni Humanistas ni capaces ni normales ni buenas personas.

Aún palpitaba el “recuerdo” de la “Crisis de los misiles de Cuba”, y toda la realidad parecía cerrada y “solucionada”, en falso. Todo lo que ha ido ocurriendo tras esta década de los años 60, nos demuestra y confirma que seguimos equivocándonos, volviéndonos más y más estúpidos, más y más delirantes, más y más enfermos… y más y más suicidándonos y asesinando a otros.

Estamos locos, unos más que otros, por supuesto. A esta afirmación, ponedle rostros y nombres y apellidos actuales. Y retrotraeos a todos esos locos que la Humanidad ha sufrido, y muchas veces: engendrado y sostenido.

Stanley Kubrick recurre, esta vez, al Género de la COMEDIA, para hacer una mordaz y contundente parodia, crítica, ironía, sátira, denuncia… del ¡horror horroroso! que suelen ser los responsables de los Estados, las Naciones, los Pueblos. Ridiculiza prototipos, y no se olvida de la paranoia de los EE.UU., aunque bien puede ésta aplicarse, actualmente, a ¡tantos poderosos repartidos en nuestro planeta! ¿Hace falta que os de nombres?

Con inteligencia, creatividad y recurriendo a lo hilarante y desopilante, se ríe de todo y de todos: porque TODO y TODOS son ¡muy ridículos! Esto nos recuerda al adagio clásico griego: “EL PODER SUPREMO, CORROMPE SUPREMAMENTE”. ¡Grande PLATÓN! Por ello, no hay verdadera autoridad, y así la Humanidad y todo su entorno son caóticos y apocalípticos.

Es como que cabalgamos “en el aire”, sentados sobre un misil… o como que estamos dormitados sobre un arsenal atómico… ¡¡sin espabilar!! Pues bien: ¿cuándo se dará en nosotros el “ESPABILAR”?… Estamos tan entreteniditos y divertidos… además: mientras no me toque a mí, no pasa nada. ¿No pasa nada?… ¿Seguro?…

¿Qué estamos haciendo?… Y: ¿en quién/nes estamos confiando, depositando nuestro voto, nuestra voluntad, nuestra persona, nuestra vida?… Porque esos personajes de esta película, no son nada lejanos ni ajenos a la realidad de los muchos que tuvimos y que tenemos hoy: ¡¡con nuestro consentimiento!!

¡¡¡EN MANOS DE QUIÉNES ESTAMOS!!!

¡¡Madre mía!!…

Kubrick nos regala una Obra Maestra en y con esta película. Prefiere, esta vez, consolarnos con el consuelo de los tontos, y por eso todo lo que nos dice, nos hace pensar y ver, nos lo “alivia” con la risa, pero no tonta ni hueca ni superficial, sino una risa muy inteligente, cuestionadora y motivadora.

Y lo hace, nuevamente, con una FACTURA TÉCNICA impecable y soberbia. Con una mención muy especial a la FOTOGRAFÍA. Pone todos los recursos técnicos del Lenguaje Audiovisual, que maneja como un Docto y como un Mago, al servicio de la construcción del relato, en su NARRATIVA y en la SINTAXIS del MONTAJE. Destacan también los EFECTOS ESPECIALES: era recién la década de los 60`. Nos regala también un excelente DISEÑO y DIRECCIÓN de PRODUCCIÓN, que abona una excelente FACTURA ESTÉTICO-ARTÍSTICA.

La película es una JOYA. Y es PATRIMONIO de la Historia del CINE y del ARTE y de la HUMANIDAD.

Os invito a verla, o a reverla, según sea el caso. No os arrepentiréis. Tenedlo por seguro. Además: disfrutaréis, os entretendréis y os ¡¡reiréis muchísimo!!

Hasta la próxima, amigos.

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