SAN VALENTÍN y LA GENIAL JUDÍA BARBRA STREISAND

Rose (BARBRA STREISAND) es una madura, y “solterona”, Profesora de Literatura Romántica, de la Universidad de Columbia. Conoce sorpresivamente, por un anuncio que publica su hermana (MIMÍ ROGERS), a Gregory (JEFF BRIDGES), un Profesor de Matemáticas, en la misma Universidad. Se caen bien. Conectan desde el principio, pero son como el agua y el aceite en su concepción del amor. Para él se trata de encontrar una mujer con quien compartir la cotidianeidad (guardemos bien esta palabra, porque es esencial en el guión, tema y contenidos del film): gustos, inquietudes, opiniones, compras, distracciones, comidas, deporte, arte, ayuda mutua, conocimiento mutuo, respeto, compañía, aceptación…Para él se trata también de tener esa amiga a quien cuidar, de velar por su bien, de ser responsable de ella. Hasta acá estaremos todos de acuerdo. Al igual que ella. La “cuestión” viene ahora: él no quiere nada de pasión, de “carnalidad”, porque cree que el sexo arruina las relaciones de pareja, las desvía, conflictúa y empobrece. Es destructivo, arrollador y venenoso. Un depredador del amor. Esta concepción la tiene porque está muy lastimado y “curado de espanto” por el sexo como motor de sus relaciones pasadas. Para ella la pasión, el sexo, son esenciales para vivir integralmente el amor, al punto tal que, además de lo espiritual, lo concibe como una experiencia estremecedora, totalizante, extática, paralizante, apasionante, sensible, carnal e hilarante, en la vivencia física, sexual. Para ella no hay dualidad ni maniqueísmo en la experiencia del amor. Se trata de sentirlo, gozarlo y vivirlo. Como ¡escuchar interiormente a Puccini cuando nos enamoramos! Es imposible “intelectualizar” el amor. Explicarlo. Definirlo. Y Rose lleva toda su vida buscando y deseando vivir esa sensación y experimentarla. Es como quedarse sin aliento, sin aire, perderse en una fuerza envolvente, ardiente y arrolladora. Ella lo desea a él, pero él no a ella (¿seguro?… Analizaré esto más adelante. El interrogante está planteado).

Tenemos entonces el conflicto servido: esta comedia romántica o tragicomedia romántica encuentra y plasma su salsa en el guión, cumpliendo así con todos los requisitos del Género de la Comedia Americana Hollywoodense Clásica. ¡Encima con la actuación, excelente por cierto, de un MITO de lujo del Cine: LAUREN BACALL, madre encantadora, sabia y entrañable, muy querible, pero vanidosa y egocéntrica, de Rose en el film, y Nominada en 1996, por esta interpretación como Actriz Secundaria, a los Globos de Oro y a los Oscar! Conviene recordar que esta película es una remake americana de la película francesa de 1958: “El espejo tiene dos caras”.

¿Por qué he elegido esta película para el día de San Valentín? Por muchas razones que pasaré a precisar a continuación.

A simple y rápida vista podemos pensar que vemos otra comedia americana más de tantas. Y ¡vaya que hay, y algunas excelentes, pero muchas muy malas! La película elegida es de las MUY BUENAS. Pero no solamente es eso, sino que es distinta, original y lleva el sello ¡BARBRA STREISAND!

Con este nombre estoy diciendo muchísimo. Hay pocas personas que rayen el virtuosismo artístico e intelectual, la inteligencia emocional, la sensibilidad, la creatividad, la música y el canto, el baile, y la actuación y el ser guionista, directora, productora, y el corazón humanitario de BARBRA STREISAND, la judía “feíta” y prodigiosa y genial. La que “convierte en oro” los detalles y las filigranas de todo lo que “toca” y nos propone. No voy a extenderme mucho más en hablar de ella esta vez. Lo dejo para otra publicación. En esta película comprobamos, una vez más, la elevada garantía de calidad, de profesionalidad, de solvencia y de lo valioso que siempre nos regala BARBRA STREISAND. SIEMPRE.

No estamos, por tanto, ante otra comedieta más, ni ante la cansina historia romántica y, a veces banal, de “chico conoce chica” y “se enamoran”. Hay un pozo infinito, sin fondo, en contenidos. Ésta, como toda “creación Streisand”, desborda inteligencia y emotividad. La película no es para “pasar el rato”, sino que es una muy interesante, inteligente, acertada, creativa y profunda reflexión sobre el AMOR verdadero, sobre la pasión, la belleza, la soledad, los miedos, la frustración, los prejuicios y fantasmas, sobre los laberintos emocionales y relacionales, y sobre la madurez. ¡STREISAND EN ESTADO PURO!

El nombre original del film alude a los espejos y los relaciona con el amor. Toda la diégesis de ambas películas gira en torno a esas “miradas”, “captaciones”, “lecturas”, que tenemos en nuestro yo respecto del amor y de los demás. ¿Vemos, contemplamos, descubrimos, la realidad?… o sólo “¿espejismos”?… ¿Qué nos “fabricamos” respecto al amor y las personas?…

Ciertamente, el amor es sencillo y complejo a la vez. Porque ¡somos humanos! Pero lo seguro y contundente es que el amor tiene dos y mil caras; que su sentir y experiencia es una: en cada persona el amor es lo que es, y no busquemos saber expresarlo racionalmente, ni nos gastemos en empeños de definiciones. ¡Habrá millones, porque somos millones! El amor es una fuerza interior, espiritual y física, que nos abarca totalmente, nos unifica, nos consolida, nos libera, nos hace responsables, nos hace fecundos, nos cura, nos salva, y nos hace ser y experimentarnos íntegros y plenos y felices. ¿Cómo explica cada uno de nosotros esta EXPERIENCIA ÚNICA, MISTERIOSA, INIGUALABLE, INFINITA…?… Sólo se la VIVE. Por eso, para cada uno el espejo tiene solamente una cara verdadera del amor.

Sigo avanzando: elegí también esta película para este día festivo porque me pareció esencial el punto fuerte de la re creación del cuento del PATITO FEO. Os preguntaréis porqué. Pues bien, en el mundo y Humanidad actuales hay un exacerbado y creciente y patológico y peligroso CULTO a la belleza modélica, “de patrón”, la impuesta por el sistema, y a la eterna juventud. El Mito de Narciso y la novela “El retrato de Dorian Gray”, del genial irlandés Oscar Wilde. Ambos están de moda en nuestros tiempos, y no sólo en jóvenes. Hay muchos mayores, adultos, que “adolecen” como Narcisos y Dorian Grays.  En esta película contemplamos a una mujer, interpretada por una actriz, que no son lo que comúnmente se llama bellas. Rompen el molde y se las presenta como llamadas a amar, capaces de amar y de ser amadas. ¡Las “feas” también quieren y pueden amar y ser amadas y deseadas! La película rompe con el “azote” de las princesitas, las cenicientas, las bellas durmientes, las wonder woman… La FEALDAD es también BELLEZA. Según aquellas imposiciones estéticas, no son deseables ni aptas para el amor. Pero BARBRA STREISAND nos “entona” otra “melodía” y nos “bordapinta” otros fotogramas. Rosa estuvo, durante toda su vida, como “estigmatizada” por su fealdad, hasta que se enamora realmente. Siempre vio que su hermana, prototipo de “belleza”, conquistaba a cualquier hombre “apetecible”, como un Pierce Brosnan, su esposo. Y recibió sutiles referencias de ella y de su madre respecto a su “fealdad”. Por ello, cuando sufre una profunda crisis personal, hace de todo por cambiar su imagen EXTERNA. Adquirió otra pseudo identidad o pseudo personalidad y por ello casi lo pierde todo, casi pierde a su amor, casi se pierde a sí misma. Los retoques y revoques transformadores externos la conmocionan y transforman, pero en su yo íntimo sigue siendo la misma. Mirándose y mirándola en el espejo es ahora objetivamente atractiva. Y llega a lanzarse a emociones, pasiones y desafíos desenfrenadamente. Todo un verdadero tsunami, para ella y para los demás. Este giro copernicano lo hace porque siente que desea algo más, no está conforme con el tipo de relación que tiene con Gregory. Es de tal magnitud su crisis que cae en el peligro de convertirse en Narciso y Dorian Grey. Y afanarse sólo por ser delgada, bella y deseable = apetecible. Corre el riesgo de olvidarse que está casada con el hombre que ama. Corre el riesgo de olvidarse que ese hombre le ofreció matrimonio ASÍ TAL CUAL COMO ELLA ERA. Por eso, cuando se re encuentran, él entra también en una crisis que lo desestabiliza totalmente: se encuentra con OTRA mujer. Él realmente está enamorado de ella, se enamoró progresivamente, sin darse siquiera cuenta, pero tiene terror al amor romántico y pasional, porque lo desestabiliza. Recordemos lo dicho anteriormente, y recordemos que él es ¡un matemático!: todo es medible, controlable, contable, explicable, exacto, preciso, objetivo, racional, calculable y perfecto. ¡Imposible la pasión, el sentimiento, lo mágico, el “más allá”! ¡Todo es para él una ecuación matemática! ¡Incluso los sentimientos humanos y, por supuesto, el amor! Por eso renuncia a la pasión; tiene terror a afrontar las inseguridades, incertidumbres y cuestionamientos que conllevan las pasiones humanas. ¡Teme realmente amar y ser amado! Por ello, cuando la re encuentra y descubre que la ama, al verla tan radicalmente cambiada, cree y siente que la ha perdido.

Llegamos así a un punto clímax de la sintaxis narrativa y del montaje en esta película. Tenemos todas las cartas sobre la mesa. Nuestros personajes cupídicos están al desnudo en todo lo que son y sienten. Típico entuerto del Género de la Comedia Americana Clásica. Tenemos una fea casada con el hombre que ama, pero que quiere ser bella. No sabe aún porqué realmente él le propuso casarse, si ni siquiera ¡han consumado su unión! ¡Parecen más bien dos HERMANOS! Tenemos a él, que teme amar y entregarse totalmente, y que quiere a esa mujer feamente bella así como era y es. La película, en este punto, nos regala la dialéctica del amor cortés y formal frente al amor romántico y sexual; la apasionante utopía del amor sin sexo; la tramposa pregunta del ¿amor sin amor?; la sentencia que siempre dice que en el amor todo importa…

Lo cierto es que la película no es simplista ni sentimentaloide. Es franca y honesta. Y es universal, en su temática, propuesta, historia y personajes.

Antes de avanzar, voy a retroceder hacia algunos aspectos esenciales del film. Efectivamente, me refiero a la relación de Rose y Gregory antes de casarse. Hago este giro por dos razones: 1º) fue otra causa de porqué elegí este film para San Valentín, y 2º) es esencial para entender y “abrazar” totalmente cómo son nuestros personajes protagónicos y cómo es la evolución de su relación.

No apreciamos únicamente a dos personas que se conocen y se enamoran. Y punto. Como en ¡tantas otras historias, leyendas, representaciones y películas!

Descubrimos una mujer y un hombre que hacen un proceso de conocerse e ir enamorándose. PRIMERO, SON AMIGOS. MUY AMIGOS.

Dialogan mucho y comparten la vida cotidiana COMO AMIGOS.

Su amor no nace desde el principio, sino que éste va surgiendo en el día a día, en las cosas del convivir y compartir. ¡Los detalles y las pequeñas cosas, queridos lectores míos! Esto nos demuestra que el amor no es un fogonazo definitivo, sino una tarea, un cultivo, una siembra, que requiere ¡TIEMPO! y ¡AMISTAD! La cercanía, las rutinas de cada día, son las que van entretejiendo el bordado del vínculo amistoso y del amor.

Incluso NO SE CASAN ENAMORADOS. ¡SE ENAMORAN A LO LARGO DE ESA COTIDIANA PELÍCULA!

Aprenden a ser AMIGOS para luego ser ESPOSA y ESPOSO.

La película nos lanza así una verdad y sentencia rotunda: TODO AMOR VERDADERO DEBE BASARSE y FUNDIRSE y FUNDARSE EN LA AMISTAD, por un lado; y por otro lado, que la CONVIVENCIA NO DESGASTA NI MATA EL AMOR, NI LO DESTRUYE TODO.

El TIEMPO de esa AMISTAD MATRIMONIAL CONSOLIDA EL AMOR y lo hace más PROFUNDO, INTENSO y VERDADERO. Por lo tanto, no es verdad que en el ENAMORAMIENTO = principio del amor, es cuando sólo se ama de verdad.

El aporte de este maravilloso matiz que hace esta película la convierte en una joyita cinematográfica que no debe pasarnos desapercibida. Es una visión ¡bastante anti modernidad! sobre el amor y el matrimonio. Rompe con toda una corriente que circula que presiona en contrario y ¡muy superficial y facilonamente! ¡El AMOR ES “COSA” SERIA!

Frente a ello, cabe plantearse y preguntarse entonces: ¿no será que hombres y mujeres fracasan amorosamente porque no son PRIMERO y SOBRE TODO y SIEMPRE: AMIGOS?; ¿no será que empiezan a construir su “casa” por el “tejado” y no por la “cimiente”?; ¿no será porque se quedan en el ENAMORAMIENTO y olvidan y descuidan que el amor es un don, un regalo, pero también una tarea, un “labora” cada día, cada detalle?; ¿no será porque hay exceso de impaciencia, ansiedad, inmediatismo, inmadurez, superficialidad, y se queman etapas?…..

No ha sido necesario un film dramático ni trágico para ponernos de cara ad intra de todo lo que es, implica, conlleva, exige, el AMOR. Ha sido en una Comedia Romántica, llevada con y por el “pulso” y “muñeca” de BARBRA STREISAND. Hemos reído mucho con la película. Mucho. Mucho. Con un HUMOR inteligente, no ofensivo ni agresivo ni desagradable. Estoy convencida 100% que ¡¡hace falta mucho HUMOR para LO SERIO!! SOLAMENTE QUIEN ES MUY SERIO SE ATREVE A “TOCAR” CON HUMOR TODO LO QUE ES SERIO.

Rebobinando sobre la película y su resolución agregaré que: nos confirma que el amor verdadero rompe con todas las barreras yacentes en nuestro interior y también con las que el sistema de la sociedad nos vende e impone. Rose y Gregory van, progresivamente, pulverizando sus ideas preconcebidas de lo que debe ser el amor y sus relaciones como pareja-matrimonio gracias a esa cotidiana complicidad/amistad y al vínculo emocional que nace y crece entre ellos, día a día, detalle a detalle. El amor los va LIBERANDO y SANANDO de sus demonios interiores, arraigados en lo hermético y rígido de su yo, y en el aprendizaje del convivir van aprendiendo qué es realmente amar. En el “espejo” de sí mismos descubren toda la “cara” de su YO para el NOSOTROS.

Anteriormente, más arriba, yo aludí a uno de los planteos que deja rebotando este film, el del amor sin sexo. Después de lo analizado hasta aquí creo, humildemente, que nos queda bien claro que la camaradería, el respeto, la benevolencia, la honestidad, la sinceridad, la rectitud, la nobleza, la fidelidad, la búsqueda del bien y de la felicidad del otro, las virtudes, son valores esenciales como HIJOS, HERMANOS, AMIGOS y como PAREJA. SON BIENES COMUNES COMO EXIGENCIA y COMPROMISO RESPONSABLE EN EL AMOR. SE TRATE DEL QUE SE TRATE. Hasta acá, pienso que estamos todos de acuerdo.

Pero voy a dar un paso más y precisar más lo que el film nos deja también muy claro: una verdad absoluta sobre el “matiz” ESENCIAL de toda relación de amor propia del matrimonio, o pareja: la CONSUMACIÓN. Cuando amamos lo hacemos CON TODO LO QUE SOMOS: CUERPO y ALMA. Por ende, el amor es CARNE y ESPÍRITU. ¡Es que somos ESPÍRITU ENCARNADO! Ello implica un NO al amor espiritualista o platonicista. ¡No somos ángeles ni Dios! De ahí que el sexo-cuerpo y el alma-lo espiritual son esenciales como un todo y un uno en el amor. Ciertamente, el respeto, la ternura y la delicadeza son igualmente esenciales: no somos sólo animales ni bestias, sino PERSONAS que amamos con todo eso que somos: alma y cuerpo. Por eso, lo sexual debe ser expresión del amor: no promiscuidad ni cosificación ni violación del otro. De esta forma, el sexo y la intimidad y comunión física por amor, son naturales y morales. Necesarias, imprescindibles, esenciales. La carnalidad, la sexualidad, como expresión y comunión físico-espiritual, POR AMOR, consolida y hace más profundo, fuerte y rico el amor. Convierte, in crescendo, a dos en uno. El amor como comunión y comunicación total es así perfeccionado.

Esta película, entre su humor, nos explicita muy bien esta verdad o sentencia moral. Humana. Y nos recuerda que sin este “matiz” tan rico y profundo, no podemos hablar propiamente de matrimonio. Más aún, nos recuerda que la ausencia de ello puede provocar (y la historia de la Humanidad lo va demostrando mucho) el fracaso de una relación y muchas rupturas, traumas y patologías. NUESTRO CUERPO TAMBIÉN NECESITA SENTIRSE FELIZ, COMPLACIDO, y HACER FELIZ y COMPLACER, A y POR LA PERSONA AMADA. Eso nos da SALUD MENTAL, ESPIRITUAL y PSÍQUICA, y también FÍSICA.

Cerrando ya el análisis de esta magistral Comedia Romántica, que contiene y regala una rica, profunda y bella cuestión de fondo; que encierra la búsqueda de la felicidad, haré referencia ahora a algunos ítems del film:

  • Dirección y Producción Ejecutiva, Casting e Interpretaciones: BARBRA STREISAND. Uno de los ¡enfants terribles del cine y de Hollywood! Ya dije al principio que no diría mucho de ella, esta vez. Ya tendrá ella algo exclusivo de mi “pluma”, más adelante. ¡Hay tanto para decir de esta maravillosa Aladino! Siempre que hace el guión, y/o dirige, y/o protagoniza, y musicaliza y canta, creando algo o participando en algo, sabe muy bien qué y cómo lo quiere. Se hace dueña y señora del proyecto y se compromete con toda su persona en ello. Hay pocas mujeres en el mundo del arte y del espectáculo tan completas, versátiles, camaleónicas, como ella. Además, está dotada de una honda y expuesta sensibilidad y humanidad, que se refleja en este film y en toda su vida y carrera. ¡Detesta el divismo! Es que ¡no le hace falta! Este film es una muestra más de cómo es, cómo siente, cómo piensa, cómo vive y cómo se expresa, como mujer, actriz, cantante, compositora, productora y directora. Y todo lo hace férreamente y nada queda librado al azar cuando ella está con el “show must go on”. ¡Es BARBRA STREISAND, señores y señoras! Ella nos hace amar a Rose, entenderla, entrar en su universo y vivir sus procesos, de manera natural. No hay sobreactuación ni afectación ni ha recargado su interpretación del personaje. Y ha dirigido magistralmente a un siempre competente y talentosísimo Jeff Bridges (Gregory), de esos grandes actores, genios para la comedia y el drama y cualquier otro Género. En un personaje entrañable, simpático y querible. ¡Ha “bordado” su interpretación! No nos sorprendió ni nos sorprende. Además, “de casta le viene al galgo”: ¡talento y talento en los genes! Hay familias que, ciertamente, son benditas. El trío central está completado por la bellamente anciana ¡Lauren Bacall!, de cuyo personaje ya os hablé anteriormente. Ilumina la pantalla con cada aparición y la excelente dirección de Barbra Streisand logra extraer de esta musa eterna del cine, todo su talento y experiencia interpretativa. Los Premios cerraron una deuda nominándola, pero dejaron la cuenta pendiente ya que no los ganó. Premiaron a otras, supuestamente más “merecedoras” que ella. Poco tiempo antes de morir, al menos se dignaron coronarla con el ridículo burlesco del Oscar Honorífico. ¡Le han hecho esto a tantos GRANDES de la actuación! Cerrando el Reparto o Elenco, la película tiene interpretaciones secundarias breves, que enmarcan y refuerzan a las principales, y alimentan la diégesis y el relato. Secundario no es lo mismo que “sin importancia”. Son los que hacen de “soporte” desde “atrás” a los protagonistas y existen y actúan como esa “esencialidad secundaria” sin la cual la columna vertebral de la historia y de los personajes perdería fuerza, significado, sentido y riqueza. Ellos son los ajustados, correctos, actores y actrices: Pierce Brosnan (cuñado de Rose); Mimí Rogers (hermana de Rose), Brenda Baccaro (amiga de Rose); George Segal (amigo de Gregory). Y un conjunto de personajes, interpretaciones y extras en el universo de la película.
  • Guión: Richard LaGravenese. Es un talentoso, respetado y prolífico guionista estadounidense. Alguna que otra vez ha dirigido también. No puso mal el ojo y el dedo índice Barbra Streisand para traerlo a guionizar este film. Gran parte de lo logrado por y en esta película es gracias al creativo, rico, fluido, ágil, atractivo, entretenido, preciso, profundo, sutil, engarzado, bordado, entramado de relojería que construyó LaGravenese en la sintaxis narrativa, perfeccionada luego por la sintaxis de la edición. Excelente la construcción de los personajes y el despliegue de las tramas del relato. Salpicado todo con un exquisito humor. Un guionista experto, cumplidor de la premisa de Billy Wilder: “Para crear una película, lo primero que es importante es el guión. Lo segundo, el guión. Y lo tercero, el guión”. Experto también en sutilezas, en no explicitarlo todo, porque “lo bueno, si breve, doblemente bueno”. Y ya sabemos que el cine es un arte sugerente. Y esta película está plagada de sugerencias y detalles. Precisa de bastante ojo avizor en el espectador y de agudizar su capacidad de “lectura”. Guión inteligente, hecho por alguien inteligente, muy capaz, para entregarlo a otra inteligente, receptiva, sensitiva y muy capaz directora. Digamos que se juntaron Quico y Caco para “confeccionar” esta película. Y les estamos muy agradecidos.
  • Factura Técnica del film: Muy difícilmente podamos nosotros decirle a Barbra Streisand con quienes trabajar, a quienes elegir como su equipo de colaboradores y co creadores. Sería un atrevimiento de nuestra parte. Lo cierto es que esta película es de una factura técnica impecable: manejo de cámaras (movimientos, encuadres, travellings, ángulos, planos de toda clase, steadicam, grúas…); acompañado de la fotografía (iluminación, interiores, exteriores, colores, lo natural y lo artificial…); la sintaxis de la edición o montaje (como complemento, marco, referente, hilo conductor y síntesis de la sintaxis narrativa de las secuencias, tomas y escenas); sonido (directo e indirecto, interno y externo, vocal y musical), por citar algunos rubros. La película es una cátedra apretada de técnica y lenguaje audiovisual. Y todo hecho con precisión, elegancia, significado y estética.
  • Diseño de Producción y Dirección Artística: otra Magna Cátedra de Cine la de esta película. De esperar esto, ya que al timón está Barbra Streisand. La historia se desarrolla en la siempre cinematográfica, deseada y amada NUEVA YORK. Escenario de ¡tantas historias, de tantas películas musicales, de comedia y también de drama! Ciudad privilegiada para el cine: por su cinefilia, su cultura, su tradición, su arte, su vida, su sueño, su magia, su tragedia, sus historias y personajes, sus calles, gentes e instituciones, su ser multirracial, sus lugares, edificios, paseos, parques y plazas, sus días y sus noches (ciudad que nunca duerme. La “París americana”), sus museos, Universidades, templos, catedrales e iglesias, sinagogas y mezquitas, sus deportes, su puerto, sus costumbres, sus luces, sombras y oscuridades, sus grandezas, riquezas y miserias, sus… sus… sus… ¡Nueva York es un personaje más en esta película y en todas las producciones que la tienen como escenario y universo! Siempre ¡da gusto y alegría contemplar este personaje de acero, hormigón, cristales y azules, verdes y marrones! Junto con Nueva York, tenemos una película muy bonita estéticamente, y que no se mide en regalarnos bellos detalles. La decoración de escenas, interiores y exteriores; la paleta de colores; los mil y un detalles del atrezo; vestuario, peluquería y maquillaje; mobiliario; la maravillosa banda sonora musical de: Barbra Streisand (con ella cantando). Banda musical de ella junto con Maurice Jarré (¡nada menos!) y Bryan Adams (talentoso, virtuoso múltiple canadiense: guitarrista, cantante, productor musical, director musical, creador musical, filántropo, fotógrafo). La película es una verdadera delicia y joya musical. Convengamos que es como una “perita en dulce” en lo estético-artístico. Y, como remate: “¡¡NESSUN DORMA”, fragmento de la Ópera “TURANDOT”, de Giacomo PUCCINI!!… A PIACERE!!… 

Como ya me he extendido mucho esta vez (¡ni SAN VALENTÍN podrá perdonarme), voy a terminar aquí. Hasta nuestro próximo encuentro en nuestra amada LA MOVIOLA VALIOSA.

¡Enamoraos y amad! Pero amad “CON MAYÚSCULAS”: ¡AMAD!

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  • Título original: The Mirror has two faces. (El amor tiene dos caras, en español).   
  • País: USA. 1996.
  • Directora: Barbra Streisand.
  • Reparto: Barbra Streisand, Jeff Bridges, Lauren Bacall, Pierce Brosnan,  

                    Mimí Rodgers, Brenda Vaccaro, George Segal.

  • Género: Comedia romántica.

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