En mi anterior publicación compartí con vosotros sobre el MISTERIO de la PASIÓN y MUERTE de JESUCRISTO. Allí mismo me referí a la esencia de este Misterio: el AMOR de DIOS A TODOS LOS HOMBRES. Pues bien, fundados en la Verdad revelada por los testigos de este Misterio, recogida y plasmada en los testimonios de las SAGRADAS ESCRITURAS y transmitidos durante siglos, como un tesoro y depósito intacto, por la TRADICIÓN y el MAGISTERIO de la IGLESIA, sabemos con certeza absoluta que el MISTERIO PASCUAL de JESÚS no acabó en la Pasión y Muerte suyas sino en el inefable MISTERIO de la ¡¡RESURRECCIÓN!!
Es la RESURRECCIÓN lo que da sentido último y pleno a TODO el Misterio de Jesús y, en Él y por Él, a cada Hombre y la Creación entera.
Jesús traspasa y destroza la mayor condena humana: la muerte y, al hacerlo, dota al ser humano de una posibilidad: ser una creatura nueva, transformada, y llamada a la eternidad en y con Dios, su Creador, Redentor y Santificador. Jesús traspasa el tiempo y toda limitación, y por ello hace todas las cosas nuevas.
No dejamos de ser Hombres ni la Creación deja de ser tal. Jesús resucitado nos muestra que la RESURRECCIÓN no es una revitalización ni una revivificación ni una reencarnación ni una sublimación ni una espiritualización o angelización. La esencia e identidad permanecen. La RESURRECCIÓN no es convertirse o volverse “otra cosa”, un ser diferente. No. Ni es tampoco volver a “esta” vida. Con y por la RESURRECCIÓN nos queda todo esto claro.
La RESURRECCIÓN es una TRANSFORMACIÓN de la condición humana muerta. Por y en Cristo, pasamos a ser y existir en OTRO ESTADO.
No sabemos el cómo es esto. No sabemos detalles. No son importantes. El “cómo” compete sólo a DIOS. Ignoramos el “cómo” pero tenemos la certeza absoluta (por lo que dije en el primer párrafo de esta publicación) del “qué”. Y eso es lo esencial de nuestra Fe, Amor, Esperanza y adhesión al Señor.
Jesucristo nos ha dejado claro que no estamos hechos para el sepulcro. Esta tierra no es nuestra última y definitiva morada. Fuimos creados y redimidos para mucho “más”. Somos peregrinos hacia “un Cielo nuevo y una Tierra nueva”, como nos lo recuerda el Libro del Apocalipsis. Peregrinamos dando “pascua tras pascua” hasta nuestra pascua humana final y en ella Jesús nos ha garantizado y adelantado la DEFINITIVA y ETERNA PASCUA.
Todo el Nuevo Testamento es un grito o kerigma de esta VERDAD ABSOLUTA y CIERTA: CRISTO MURIÓ y RESUCITÓ. ÉL ES EL PRIMERO ENTRE SUS HERMANOS, LOS HOMBRES.
Como creyentes, como Iglesia, vivimos de este Misterio, porque como dice San Pablo:
“¡YO SÉ DE QUIÉN ME HE FIADO”!
La RESURRECCIÓN de JESÚS da sentido a nuestra Fe y a nuestra vida. Y es esta certeza y testimonio lo que ha movido y mueve y moverá el corazón de millones de personas a lo largo ya de más de 2000 años.
Hechas estas consideraciones a modo de trazos, bastante pobres por cierto, sobre la RESURRECCIÓN, os invito en esta Categoría de mi Blog a acercarnos a una película que también contemplé durante esta pasada SEMANA SANTA. Es de la plataforma Netflix, del año 2016. La película en cuestión se titula: RESUCITADO. Fue filmada en Malta y España, por lo cual es una coproducción, mayoritariamente estadounidense, aunque en ella hay casting español también.
Su Director: Kevin Reynolds. Un amigo y colega de Kevin Costner. Hombre de Texas, con experiencia de trabajos para TV y también varias películas y series bien conocidas. Hombre que se ha movido mucho y durante bastante tiempo en los ambientes cinematográficos de Hollywood. Tiene trabajos buenos y otros no tanto. Digamos que no es un Scorsese ni un Federico Fellini. Esta película se mueve en lo que yo llamaría la medianía (no es gran cosa) pero es rescatable para una SEMANA SANTA.
Quizás la más fuerte baza del film es la presencia, en el papel protagonista, de un siempre GRAN, SÓLIDO y SOLVENTE ACTOR: Joseph Fiennes. Excelente actor británico. Siempre “borda” sus personajes con sus actuaciones. Viene de una familia de talentosos, como por ejemplo su hermano mayor, el excelente Ralph Fiennes, actor, guionista, productor y director de cine y de teatro. Inexplicable que la Academia de Hollywood aún no lo haya coronado con un OSCAR, al menos, cuando nos ha regalado actuaciones impecables, memorables, contundentes, conmovedoras, perfectas, tanto en drama como en comedia. Algo así indigna más cuando podemos ver a otros actores que tienen OSCAR, y algunos más de uno, y no le llegan ni a la suela del zapato a RALPH FIENNES. A ellos dos se unen sus hermanas: Martha y Sophie Fiennes, ambas escritoras, productoras y directoras de cine británico, y su hermano: Magnus Fiennes, compositor musical británico. Si hay algo que desborda sobradamente en esta familia es TALENTO: “De casta le viene al galgo”, dice el refrán. Pues sí señores. Y en esta película es Joseph Fiennes su mayor baluarte y el que realmente “sostiene” toda la cinta. La salva bastante, sino del todo.
La película en cuestión adolece fundamentalmente de lo mismo que observé en la Miniserie de HBO con la BBC: La Pasión.
La propuesta es creativa, imaginativa, interesante. Tiene fantasía pero, al menos, conserva y propone lo esencial del Misterio de la RESURRECCIÓN de JESÚS. Y nada más, sólo eso. El guión es pobre y superficial en el desarrollo de la Persona de Cristo: quién es; su identidad como Dios hecho Hombre (de esto no habla nada el film). Y a Cristo no se lo ve casi actuar. Poco, muy poco, se habla de Él y ni se lo ve casi en la pantalla. Y cuando se lo ve, la película simplifica, rebaja-relaja la Persona de Jesús. Lo curioso es que el título del film es RESUCITADO, por ende hace referencia explícita a justamente la Persona de Jesús. Y es Jesús el personaje peor construido en este guión. El más superficial, sensiblera y pobremente desarrollado.
Todo el interés está focalizado, y bastante excesivamente, en los Apóstoles: cómo son y cómo viven, y también en su persecución. En lugar de explotar al Misterio de la Resurrección, qué fue y sus frutos, parece más una historia que tiene como protagonistas principales a los 12 y a todos los demás seguidores de Cristo (casi como unos supervivientes), y no a Cristo mismo como EL protagonista de la Resurrección. Es una película sobre el RESUCITADO pero sin CRISTO, que es EL RESUCITADO. El protagonista principal es el gran ausente y menos importante. Muy curioso y raro ¿no os parece?…
La cuestión es que, justamente, para entender la Resurrección de Jesús (que se supone es la propuesta del film) hay que mostrar claramente quién y cómo es Cristo, sino lo de la Resurrección, como tema y propuesta del film, se diluye y es presentada simplemente como un gran y extraño y misterioso y milagroso acontecimiento. Casi como prodigioso. La película así pierde consistencia, valor y calidad. Termina decepcionando.
Los personajes y procesos de los Apóstoles ya he dicho que son los mejor construidos y desplegados en la narrativa del film. Junto a ellos igualmente los personajes de Caifás, Pilatos, el Tribuno… María Magdalena, que es alguien clave, esencial y potente, en todo lo que es el Misterio de la Resurrección de Jesús, está presentada también de forma muy pobre, deficiente, sensiblera, tonta. Al igual que las otras figuras femeninas. De la Virgen María: ¡mejor ni hablo ni hago comentarios! Simplemente diré que es otro de los personajes peor construidos, desplegados e interpretados. ¡Pobrecita!
Al lado de tanto criticable y cuestionable de esta película ¿no encuentro nada potable?… Pues bien, sí lo hay. Kevin Reynolds sabe de cine y se rodea de buenos Equipos de especialistas para trabajar. No es un advenedizo. En este film hay una muy buena factura en todos los rubros técnicos. También presenta una muy buena producción y dirección artística, en todos sus aspectos. Es una película que se deja ver, a pesar de las graves carencias que tiene.
Terminando. Si queréis, vedla. Que mis análisis no os condicionen. No tengo la verdad absoluta ni el sumun del saber. Y posiblemente hasta podéis discrepar conmigo en lo que he escrito.
Voy a acabar como corresponde: deseándoos ¡¡muy feliz y fecunda PASCUA de RESURRECCIÓN de JESUCRISTO!!…
Hasta la próxima, amigos.