Los malos también pueden ser buenos… y héroes…
¡Siempre conviene volver, una y otra vez, a los CLÁSICOS del CINE!… Ellos nos ¡devuelven la vida!…
Durante estas vacaciones invernales, paseando también mucho por el streaming, y “tocada” en el ala de mi corazón por esta atrocidad de la invasión a Ucrania, me apareció una de estas joyas del CINE BÉLICO CLÁSICO, que vi hace ¡tantos años atrás!… y decidí volver a contemplarla, no por masoquista, sino para no ser una más que –en medio de tanto champagne, sidra, cava, confites, circo, regalos, fanfarria, aturdimiento, consumismo y mercantilismo- me olvide o “distraiga” demasiado del horror y desgarro en el que siguen sumidos y desangrándose MILLONES de HERMANOS nuestros en Ucrania y en ¡¡tantas partes del mundo!!… No estoy en contra de celebrar. Por supuesto que no. Lo que me satura, y llega a asquear, es esa indiferencia, abulia, ceguera, sordera, entumecimiento, “Pilatos” y “encastillamiento” de muchos, que sólo buscan, desean y viven gozar y gozar y gozar… y gozar…: yo, yo, yo… y todo y todos los que tengan que ver solamente con YO…
¡Qué circo cada vez más egoísta y vacío, sin sustrato, vamos contemplando! ¡Qué NAVIDAD sin su protagonista principal: JESÚS!, suplantado por figuras ficticias; silenciado casi totalmente ¡en el Día de su nacimiento, de la celebración de su cumpleaños!… ¿Alguna vez se vio cosa igual: que el cumpleañero no sea el agasajado?… ¡Qué ni siquiera casi ya se lo nombre!… ¡Un personaje inventado, en un trineo, producto importado, comercial, propagandístico, de marketing, se ha vuelto el centro, el dueño y el absoluto de esta Fiesta!… ¡¡Si hasta a algunos, parece, que les da vergüenza saludar diciendo: ¡Feliz NAVIDAD!, y ponen de moda la tan trillada expresión: ¡Felices FIESTAS!… ¿Me pregunto y les pregunto?: ¿Fiestas de qué, por qué, por quién?… ¡Vaya ridiculez!… ¡Vaya Humanidad cada vez más hueca, empobrecida, “embilletada”, desnortada y sin raíces, identidad ni esencia! ¡Contestadme: ¡¡¿¿qué celebráis entonces??!!…!…
Por eso, por haber ECHADO a JESÚS, a DIOS, del mundo, de la vida de los Hombres: tenemos ¡tantos males y tragedias! ¡ECHAMOS el BIEN, la VERDAD y el AMOR! Cuando ÉL no está DENTRO nuestro, no guía nuestros pensamientos, sentimientos, decisiones, proyectos y acciones, tenemos el cruento y esperpéntico espectáculo de gran parte de este mundo y Humanidad que contemplamos y sufrimos: guerras, muerte… y toda suerte de desastres y horrores… ¡Hemos tirado un boomerang, y tenemos las consecuencias!… ¿Cuándo aprenderemos, cuándo espabilaremos?… Voilà: por todo esto que os vengo compartiendo, es que decidí nuevamente contemplar esta brillante película.
Esta MAGNA película tuvo como DIRECTOR a ¡ROBERT ALDRICH! A algunos no os sonará mucho este señor, pero otros lo conocemos sobradamente. Un ¡ENORME CINEASTA! De esos hombres GRANDES de CINE, talentosísimo, no siempre valorado, ni destacado ni comprendido. Menos aún: premiado. Muy seguramente, porque al “aparato” y Sistema de Hollywood y a la Industria americana de Cine, tan adepta a lo “correcto” políticamente, no le gustaba este aguerrido hombre de izquierda de la Post Guerra Mundial, en la cual él había combatido. Lo cierto es que, toda la Obra Cinematográfica de ALDRICH es impecable, en su solvencia técnica, en su consistencia ideológico-narrativo-discursiva, en su maestría como Director de todos sus proyectos y como Director de actores, en su concepción estético-artística, en su honestidad, coherencia y fidelidad a la hora de hacer sus películas. Nunca engañó ni traicionó ni mintió, a sí mismo ni a los espectadores. Todos sus films llevan su sello, y van cargados, además, de una profunda y sentida exaltación de la condición humana, tal cual ella es, con todos sus matices y periferias y conductas; añadiendo siempre toques de humanismo, humor, y esa sensibilidad que brota del sentimiento del amor.
Con “DOCE DEL PATÍBULO”, nos encontramos con una de las mejores y más contundentes y completas películas bélicas, MUY original, y una Obra Maestra –quizás una de las mejores- de ROBERT ALDRICH.
Nos deleita también con una excelente y bella Fotografía, seca y oscura, y un eficiente y profesional manejo de cámara. Todo ello mérito de EDWARD SCAIFE. El Montaje de MICHAEL LUCIANO, un experimentado en la materia, es intenso, tenso y martillante, y un compañero más que destacado de la acción que se despliega, con su ritmo y time narrativo. Dicho Montaje tuvo bien merecida la Nominación como “Mejor Montaje” de una Película, en los Óscars. Pero no lo ganó. El pulso y ritmo narrativos, con su sintaxis de Montaje, están enriquecidos –en esta cinta- por un cuasi personaje más: el vibrante, impactante y magistral Sonido y Efectos de Sonido, que tampoco ganaron sus merecidas Nominaciones en los Óscars de ese año. La Música, como suele ocurrir en estas películas llamadas Clásicas, es todo un sello del film, otro protagonista más, y va marcando, como un metrónomo, a cada uno de los personajes, a cada acción, a cada secuencia, a cada lugar… Su Compositor es Frank De Vol.
Deseo hacer una mención más que especial al GUIÓN de este film, creado por: NUNNALLY JOHNSON y LUKAS HELLER, basados en la importante, sólida y exitosa novela: “THE DIRTY DOZEN”, de ERWIN M. NATHANSON. Uno de los mayores logros y méritos de estos GUIONISTAS fue el haber trabajado el texto literario, y plasmarlo en lenguaje audiovisual-cinematográfico, con fidelidad a la identidad y esencia del libro; pero lo hicieron también en un magistral concierto y englobe con el DIRECTOR: ROBERT ALDRICH. De tal manera que, el GUIÓN de la película plasma esta especie de trébol de Creadores: Guionistas, Escritor y Director. Por eso, creo humildemente, que la película es mucho más consistente, rica y polifónica.
Presenta un puntilloso trabajo de filigrana, en la creación de cada uno de los personajes; así como también en la tarea de selección del Casting y de las actuaciones. De ello me ocuparé luego.
La narración y construcción del relato, nos presentan una historia más de esas de la Guerra, pero lo hacen de forma cínica, ácida, y con bastante de comedia negra, bufa, para realmente criticar la Institución militar, y así denunciarla. Disfrutamos de un típico film bélico, con mucha cuota de suspense, acción, tensión e intensidad, drama, y excelente sonido y efectos de sonido. Es una película de la M.G.M. y, por ello, tenemos garantizado el esfuerzo, trabajo e inversión en el Diseño y Dirección de Producción (¡espectaculares!); y el Diseño, Producción, inversión y Dirección Artística también (¡la Metro siempre supo hacer esto magistralmente!). A la hora de gastar dinero, para grandes Producciones como ésta: la M.G.M. ¡nunca se rascó el bolsillo! Como muestra pequeña de esto, basta fijarse en los 20 minutos finales del film: ¡son brutales y arrolladores! ¡Vaya trabajo de Producción! Además, en esas secuencias finales, vemos, “tocamos” casi, y sentimos el impacto feroz y potente del horror de la Guerra, como masacre humana; y en ella vemos incluso la paradoja de la muerte digna y heroica de algunos vs. la ausencia de dicha grandeza en el asesinato. Así, cruda y realísticamente nos es mostrado.
Dije que es una película cínica y ácida, y estoy convencida de ello, aunque con altas cuotas de humor y ridículo. Contemplamos a un Jefe Militar, bastante repugnante como tal, encabezando un grupo de subordinados –a la fuerza- para una misión demencial, ciclópea, casi suicida. Los soldados forzados, son personas de baja o nula moral, y con antecedentes muy peligrosos y poco recomendables. Son una ¡buena “panda” o “pieza”!, que –desde el principio- sabemos quiénes y cómo son, y de dónde provienen. Sin embargo, cada uno con sus historias, personalidades y procesos personales, y luego como grupo, irán haciendo eso que llamamos: criminales en busca de la redención. Con una buena y alta dosis de heroísmo, todos irán respondiendo a esa verdad del refrán: “Dios escribe derecho, en renglones torcidos”. Todos son MUY distintos entre sí, pero son complementarios, y costosa y ¡milagrosamente también!, van transitando la experiencia de la camaradería y el sacrificio, superando así la desconfianza, el recelo y el rechazo iniciales.
Todo esto se logra, en 145 minutos, también con un Casting y actuaciones ¡de lujo! Actores, sobre todo, potentes, experimentados, solventes, profesionales, muy talentosos, físicos, dotados de lenguaje corporal… Veréis en la pantalla, Estrellas-STARS, pero –sobre todo- veréis ¡grandes y convincentes actores y actuaciones!…: Lee Marvin, Ernest Borgnine, Charles Bronson, Jim Brown, Richard Jaeckel, George Kennedy, Robert Ryan, Telly Savalas, Donald Sutherland, Leo Britt… y John Cassavetes, con una Nominación al Óscar como “Mejor Actor Secundario” ese año, por este film. Aunque no ganó. Junto a ellos, muy buenas actrices, como: Trini López, Dora Reisser y Judith Furse. Cada uno de ellos le aportan su matiz a su personaje, enriqueciéndolo; y es como si cada personaje –desde siempre- hubiese sido creado para cada uno de los actores; cada uno hace suyo a su personaje y el personaje ES “ese” actor. ¡Todos ellos supieron entender y asumir, perfectamente, de qué trataba esta historia; quién era su personaje concreto; cuál era la diégesis y el universo interior del Guión y qué es lo que quería el Director de la película!
Por eso, nada sobra ni falta en este intenso, apasionado, entrañable y simpático film. Y por ello, no me arrepiento –en tiempos navideños- de haberlo contemplado nuevamente. Si podéis, hacedlo.
Es una película que, con su crudeza, cinismo, humor y ridiculez, reconcilia con la esperanza y con esa secreta bondad que –como posibilidad redentora- siempre late y puede brotar en y desde el corazón humano.
Además, fílmicamente: está ¡muy bien hecha! Es un CLÁSICO. Una verdadera ¡Obra Maestra!
Hasta la próxima, amigos.