El gato juega con el ratón…, y el ratón juega con el gato…
¿Y…?
Cine en blanco y negro. Película británica. Técnica, narrativa y estética ¡magistrales! ¡Lujo de CINE para el espectador!
Thriller sólido, compacto y bello, sembrado de inquietud, suspenso, misterio, de época y con trasfondo ético-moral y social. Una vez más, a la luz de la brillante Obra de Teatro: “An Inspector calls”, de 1946, cuyo autor fue el gran dramaturgo inglés: John Boynton Priestley, contemplamos una historia que adapta la pieza teatral al Cine, confirmando a los británicos como Maestros de la narrativa negra: ésa del suspense, policial, misterio, crimen… que, audiovisualmente es nominada como “CINE NEGRO”. Los británicos fueron, y siguen siendo, expertos creadores del zigzag narrativo, del retorcer el relato, de la creación de entuertos, de la generación de “atmósferas”, de los giros/twists magistrales, del mantener al lector y al espectador activos y tensos, y de impregnarlo todo con una belleza y estilismo clásicos y –a la vez- ¡tan british!
Esta película, que ahora os retrotraigo a vuestra memoria y afectividad, es de 1954, y goza de tener como DIRECTOR a: GUY HAMILTON, prestigioso y experimentado hombre de Cine.
El film nos recuerda a las novelas, tramas, relatos y personajes de la Narrativa Clásica policial, de misterio y de suspenso, siendo muy cercano esto al “universo” narrativo literario y fílmico de SHERLOCK HOLMES, ÁGATHA CHRISTIE, el PADRE BROWN (del genial y amado ¡CHESTERTON!)… No es una película más, y menor, sino que se enraíza y encadena a esos eslabones preclaros y doctos del Arte de narrar.
DESMOND DAVIS, adaptando la pieza teatral citada, construye un solvente y sorprendente GUIÓN para este film, en el cual el relato es una arquitectura, casi como de orfebrería y precisión de relojería, con piezas de flashbacks continuos. De esta forma, logra crear una narrativa del relato y de la sintaxis del Montaje, como un milimétrico puzzle, un crucigrama lleno de pistas y eslabones, en un ritmo y dinamismo in crescendo, para llegar a alcanzar el clímax. ¡Imposible aburrirse, y un pecado distraerse! ¡Hay que mantenerse –porque la película así te va llevando, y exigiendo-, en esa postura y actitud de: “on your feet, soldier”! Y, mientras tanto juega con nosotros, nos pista y despista, pero nos entretiene, y nos regala también encuadres cinematográficos ¡muy bellos! Contemplar este film es, también, ¡toda una experiencia estética! Es que, queridos lectores: ¡qué bella es la FOTOGRAFÍA en BLANCO y NEGRO! y ¡cuánta BELLEZA hay siempre en el Cine Británico!
Es impecable la DIRECCIÓN y la DIRECCIÓN DE ACTORES, a cargo del acreditado GUY HAMILTON. Y no menos valoración y exaltación para el CASTING y las actuaciones de todo el elenco, el cual –aunque es un film muy coral- tiene interpretaciones más que destacadas y loables.
Los 7 minutos finales de esta película, son ¡impagables! Brillan como geniales, imborrables y magistrales: 2 “golpes” tuercen el relato construido hasta ese momento, y estos giros-twists descolocan la narración, y sorprenden al espectador: ¡salta de su butaca! El juego del gato y el ratón, y viceversa, llega a su fin, y se cierra con un contundente, abierto, sugestivo, creativo y maravilloso final que lo ilumina todo. ¡Tenemos que ver, entonces, nuevamente toda la película! ¡Y disfrutarla por partida doble! ¡No nos queda otra!
¡así nos quedamos…!… ¡nos han sorprendido!…
Es tal la genialidad de lo que se nos ha ofrecido a nuestra contemplación, que han jugado con nosotros: ¡sin darnos cuenta! Nos han ido llevando: ¡sin percatarnos!… pero lo hemos ¡disfrutado como bellacos!… Y, al acabar la película: ¡nos urge –a voluntad- contemplarla de nuevo!
¡Sólo la MAGIA del CINE puede lograr esto!
¡y hacernos TAN felices!
… el Inspector nos llama de nuevo, pues…
… cojamos sitio, bien acomodados: ¡y a contemplarla de nuevo!…
Hasta la próxima, amigos.