ANEXO: EL “CASO WILL SMITH”.

ANEXO:

Primero: El “papelón” Will Smith: todos tenemos nuestro “genio” y algunos tienen mal o muy mal genio. El temperamento no se puede cambiar. El carácter sí, y es muy recomendable hacerlo, para bien. Limar, educar, corregir, moderar, moldear y forjar el carácter, sobre todo en lo negativo de éste. Mi sabio padre siempre decía que: “los defectos hay que educarlos, pulirlos y “meterlos en vereda” desde niños, porque sino se anquilosan y afirman, y se vuelven incontrolables y crecientes. Y, cuando caemos en la cuenta, es tarde”. Todos podemos tener “prontos”, ramalazos y estallidos, y tener nuestros “momentos” –alguna vez- pero tenemos que ser muy vigilantes de nosotros mismos y muy cuidadosos con lo que decimos y hacemos, aunque nos cueste horrores dominarnos y ponernos límites. ¡Más aún si somos ya ADULTOS! ¡Somos PERSONAS, no bestias incontrolables!

Nuestra vida debe ser un constante y creciente ejercicio ascético de conocimiento de nosotros mismos, asumiéndonos y autocorrigiéndonos. Día a día, momento a momento, palabra a palabra, acción a acción. Así seremos SEÑORES DE NOSOTROS MISMOS, DUEÑOS DE NOSOTROS MISMOS. Iremos alcanzando esa MADUREZ que se traduce en serenidad, sabiduría, equilibrio, estabilidad, moderación e integración de toda la persona en una unidad compacta.

Segundo: Estuvo muy mal la broma de Chris Rock, sobre la alopecia que sufre la esposa de Will Smith. Muy mal. Además, teniendo en cuenta que es una enfermedad y, por ello: la persona sufre, se siente incómoda. Está muy mal reírnos del dolor, de la enfermedad, de la imperfección, de la limitación de los demás. Peor aún: burlarnos, ridiculizarlos. Y la Sra. Smith reflejó su molestia. Pero la situación fue más grave, hiriente y desubicada porque estos 3 forman un “triángulo” de relación donde hay cosas en el fondo, no del todo claras ni resueltas. Los 3 estaban a la vista de todos. No era lugar ni momento para ese “chiste” (de mal gusto, irónico e hiriente), ni para quedar expuestos como personas y como relación. La situación, una vez más, nos hace tomar conciencia de que: a) mi libertad termina cuando y donde empieza la del otro; b) no todo lo que se puede y se quiere decir –y hacer- debe ser dicho y hecho; c) hay un momento y lugar para cada cosa; d) las bromas de mal gusto, existen; e) podemos herir la sensibilidad de los demás con nuestras palabras y actos; f) mucho más hay que ser cuidadosos cuando estamos expuestos públicamente, porque podemos escandalizar y conflictuar masiva e innecesariamente; g) nunca debemos perder el sentido de la intimidad ni el sentido común ni el sentido de ubicuidad: saber dónde estamos y ante quiénes estamos. Todas estas cosas, las obviaron WILL SMITH y CHRIS ROCK. Todas. Ambos estuvieron MUY mal. Y la Academia hace muy bien y acierta en la decisión que ha tomado: abrir un expediente de investigación de lo ocurrido. Situaciones y conductas y reacciones así, no se deben dejar pasar. No creo que quitarle el Óscar a Smith sea la mejor sanción ni castigo. Su brillante actuación y esa película, no tienen nada que ver en todo esto. Pero la Academia bien puede tomar otras medidas.

Tercero: No soy quién para condenar a Will Smith. Todos podemos cometer errores, como ése suyo y más graves aún. Conociendo sus orígenes familiares, culturales y sociales, no me extraña mucho cómo es él ni la reacción de esa noche. Él mismo ha reconocido públicamente que era un pandillero, y que fue la actuación lo que lo salvó de la delincuencia y la mala vida. Will Smith es mucho Will Smith. Y Chris Rock no se queda atrás en esto que digo. Tiene también sus “bemoles”. Lo que no voy a consentir ni apoyar nunca es la violencia –y muy matona y machista- que vimos esa noche. Estamos en el siglo XXI, no en la Edad Antigua ni en el Medioevo ni en los siglos XVII, XVIII y XIX. Es inaceptable resolver situaciones así, con un puñetazo. ¿¡Reaccionar así!? ¡Por favor! Peor aún: justificarse argumentando que lo que hizo fue por amor. Violencia bruta como reacción de protección y defensa de la mujer que ama. ¡¡Si hasta JAMIE FRASER entendió que el castigo y la fuerza bruta no tienen nada que ver con el amor!! ¡Por favor! Querido Will Smith: hay muchas otras maneras y recursos para proteger y defender el amor, empezando por la palabra. ¡Podrías haber usado el micrófono, cuando te correspondiera, para aclarar todo esto que vimos! O ¡escribirlo para difusión pública! O ¡tienes la Ley y la Justicia para reclamar, acusar y castigar! ¡No las trompadas! ¡Mira la que has armado! ¡¿Qué has sacado de beneficioso y de provecho de todo lo que hiciste y dijiste esa noche?! Encima: ¡afeaste la gala… y también arruinaste tu momento de gloria de Óscar! ¡Por favor!

Hasta la próxima, amigos.

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