PELÍCULA: “MASS”. (2020).

-Cátedra de DIRECCIÓN, GUIÓN y ACTUACIONES-

¡LA POTENCIA DEL PERDÓN!… ¡El TESORO del DIÁLOGO!…

Hay películas que no son comerciales ni rompedoras de taquilla, ni –incluso-, “atrayentes”. Pero sí son MUY convenientes, convincentes y recomendables. Como es el caso de ésta: “pequeña”, discreta, económica, pero ¡GRAN PELÍCULA!, de ésas con mayúsculas. Un film serio, honesto, humano, realista, y que puede retratarnos a cualquiera de nosotros, ahora, o eventualmente, porque ninguno de nosotros estamos librado de nada…

Una vez más, la “Academia de Hollywood”, y sus cada vez peores “Premios Óscar”, volvió a cometer el mismo pecado: ignorar totalmente a este film. ¡Una verdadera vergüenza! Afirmo esto con contundencia, tras haberla contemplado ya 3 veces, y en distintos momentos. Es una ¡LECCIÓN MAGISTRAL! de CINE DE CALIDAD, DE ALTO VUELO.

Al modo –semejante y cercano- del Genio sueco ¡INGMAR BERGMAN!, recibimos –en la pantalla, hechas fotogramas-, secuencias de imágenes, diálogos, silencios, detalles, miradas, gestos…, que nos dejan ¡abrumados de asombro, por TANTA brillantez de Teatro hecho Cine!

¿Cómo haces cuando, tu persona, tu vida, todo y todos los tuyos son desgarrados –involuntaria, abrupta e inocentemente-, por una tragedia, sobre todo familiar…?… ¿Qué y cómo haces?… ¿Cómo sigues viviendo…?… Pues del ¡impresionante! proceso humano que esto implica, es de lo que nos habla este film.

FRANZ KRANZ es el creador del GUIÓN y es también el DIRECTOR y PRODUCTOR. Es relativamente joven, y con bastante experiencia ya como actor de TV y Teatro, y también en Cine. Nacido en los Estados Unidos, en California (donde reside), y su Formación Universitaria la hizo en la prestigiosa “Universidad de Yale”. Pues bien, este joven se aventuró, en su estreno como DIRECTOR-GUIONISTA-PRODUCTOR, con esta película, y lo hizo ¡MUY BIEN! Nos ha demostrado talento, y “pulso” para llevar a cabo tan complejo proyecto.

Estamos ante una historia (que bien puede ser real también, creedme), de tal contundencia, hondura, desgarro, desnudez, realismo, honestidad y humanidad, que no rechazamos –en ningún momento-, la intensidad y contundencia de sus secuencias. ¡Cuánto puede pasar cuando las personas se “vacían”, “desde las entrañas de su intimidad”, desde el “pozo oscuro de su conciencia destrozada”, para DIALOGAR! Es que, realmente –queridos lectores y amigos-, sólo podemos alcanzar la luz y la paz, cuando pasamos por la oscuridad y por la guerra.

En una sala, en torno a una mesa, en encuentros compartidos, para hacer la “mayéutica” sangrante del dolor, nos vemos ante una película que nos refuerza –constantemente-, la POTENCIA de la PALABRA = DIÁLOGO. Es tal el énfasis en esto, que: DIALOGAR, PONERSE DE FRENTE, CARA A CARA, adquiere un valor SACRAL-SACRAMENTAL, y no sólo CATÁRTICO, y eso se ve revelado en su culmen: ¡la SANACIÓN y “CICATRIZACIÓN”!

Es un film que nos plantea –con toques religiosos también-, el proceso doloroso, purificador y poderoso del ENCUENTRO. Podemos contemplar, y abismarnos, frente a personas –en estos personajes-, que hacen a la TRAGEDIA: FECUNDA.

Es que, una vez más, la idea fuerza sigue siendo: la VERDAD, como único camino para la LIBERTAD INTERIOR. Un DIÁLOGO ¡MUY DIFÍCIL!, ¡TREMENDO! ¡COMPLEJÍSIMO!, que implica sincerarse y abrirse, rompiéndose por y desde dentro. No hay otro camino para la PAZ.

Una tragedia siempre provoca crisis y un cataclismo, en los que quedan. ¡Siempre! Con mayor o menor grado, intensidad y extensión de tiempo. Es que el DOLOR nos resquebraja, nos desarticula, y nos convierte en estanterías en medio de un tembladeral. ¡Más todavía si hablamos de la muerte de un HIJO!

No dejan de aparecer la culpa, el remordimiento, y el ¡tan costoso DUELO!

Suele haber víctimas, generalmente inocentes. Como es el caso de esta historia que nos ocupa ahora. Con una intensidad y austeridad, casi espartana, la película nos va llevando, por ese endiabladamente doloroso proceso de salir del resentimiento y de la llaga sangrante constante, para llegar a la experiencia real y vital de la COMPASIÓN, la MISERICORDIA, el PERDÓN y la RECONCILIACIÓN, de unos para con los otros.

Las cuatro interpretaciones –prácticamente solitarias en su conjunto, aunque hay algún que otro protagonista secundario-, son de tal calibre, que es ¡inconcebible que los “premiadores”, citados al comienzo de mi Publicación, las hayan ignorado! En esa catarsis emocional que encarnan, nos están regalando una ¡magistral catarsis interpretativa, de talento y naturalidad! No era fácil interpretar estos personajes, menos aún con tanto “estatismo” en la actuación; podían caer en el defecto de la sobreactuación y en el recargar cada personaje, pero ¡conmueven, los cuatro! ¡Qué cuatro EXTRAORDINARIOS/AS ACTORES y ACTRICES son: ANN DOWD, REED BIRNEY, JASON ISAACS y MARTHA PLIMPTON! ¡Madre mía!

Disfrutad y vivid esta película, queridos lectores y amigos. ¡Luego me contáis! ¡Qué PELÍCULA!…

Hasta la próxima, amigos.

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