PELÍCULA: “LA BALLENA”. (2022).

Al contemplar este film, nuevamente nos encontramos y nos maravillamos, con y por la infinita riqueza de la NARRATIVA y del LENGUAJE AUDIOVISUAL CINEMATOGRÁFICOS. Todos sus recursos, al servicio de una ¡GRAN película! En este asombro amoroso que experimentamos, se reafirma una convicción: el CINE económico, sin gran despliegue escénico de Producción, mayormente como vemos en este film, es “rentable” para construir-armar-crear una historia, y revelarnos todo un universo ad intra de ella. Casi todo el metraje estamos en una habitación (el salón, y la casa humilde de nuestro personaje principal). No hay mucho gasto en dinero, diseño y producción, ni tampoco en lo estético-artístico, salvo los excelentes y ¡tan semánticamente semióticos: efectos especiales y visuales, y el maquillaje! Lo demás: es austeridad y compresión escénico-económica. ¡No hace falta tanta parafernalia, para hacer CINE, CON MAYÚSCULAS! Además, en una historia como ésta, con ¡tanta! carga, desgarro e intensidad dramático-simbólicas, se impone la sobriedad y la “justeza”, para no caer en sentimentalismos, “golpes bajos”, ni “sensiblería. La película no nos manipula sentimentalmente, en ningún momento, pero sí nos desgarra –desde “adentro”-, al contemplar lo que contemplamos.

¿Qué hace, entonces, que todo ello sea logrado? Vamos por partes: hablemos primero de este talentosísimo, muy personal, original y creativo –siempre-, “enfant terrible” del Cine americano (y muy de su Nueva York): ¡DARREN ARONOFSKI! Este judío ya nos viene deslumbrando, con cada una de sus películas. Cito algunas, para refrescar nuestra memoria: “PI: EL ORDEN DEL CAOS” (1998); “RÉQUIEM POR UN SUEÑO” (2000); “EL LUCHADOR” (2008); “CISNE NEGRO” (2010); “NOÉ” (2014)… Con su sello personal, del cual nunca reniega, nos ha ido ofreciendo historias, personajes, temáticas, procesos y universos MUY interesantes, y poco “explorados-explotados” por la industria del Cine, demasiado preocupada por la taquilla, los titulares y el éxito.

Lo cierto es que ARONOFSKI siempre apuesta, por un CINE humano, moral, filosófico, psicológico, espiritual y simbólico. Su potencialidad no está tanto en el entretenimiento por el entretenimiento. Su DISCURSO, NARRATIVA y ESTÉTICA contienen y transmiten mucha inteligencia, y planteos-cuestionamientos-toques-matices, siempre interesados y preocupados por el SER HUMANO COMO PERSONA. En todas sus películas, nos hallamos con un ARONOFSKI muy ANTROPOLÓGICO y EXISTENCIAL, sobre todo dedicado a esas “periferias humanas”, de las PERSONAS y SOCIALES, con las que convivimos, ayer y hoy, y ¡muchas veces a espaldas, ciegos y sordos ante tantas tragedias cotidianas!

Pero no se queda en esto: no es un Filósofo ni un Teórico, sino que –como el CINEASTA que es-, nos lo ofrece siempre, con una creativa, impactante, bella y semánticamente simbólica y sensorial, ESTÉTICA. ¡Basta contemplar cómo usa los EFECTOS ESPECIALES en sus películas! ¡Tienen un valor SIGNIFICATIVO-CONNOTATIVO, ligado siempre a LO ESENCIAL del relato, trama e historia! No están puestos porque sí ni de relleno ni de acompañamiento, sino que esos EFECTOS –visuales, sonoros…-, logrados mediante la TÉCNICA, son para SIGNIFICAR. Enriquece así nuestra PERCEPCIÓN SENSORIAL, nuestra VIVENCIA COMO ESPECTADOR, llevándonos con y por ello, a LO ESENCIAL de lo que CONTEMPLAMOS.

ARONOFSKI, además, siempre es un ¡GRAN DIRECTOR de ACTORES! Tiene esa “muñeca” y “pulso” férreos, sensibles y solventes, para lograr la “mayéutica” y el “parir” TODO de sus ACTORES y ACTRICES. ¡Lo dan todo, siempre, cuando están bajo su batuta! Es algo que constatamos en cada uno de sus films. Trabaja con muchos talentosos, ciertamente, pero sabe cómo llevarlos al MAGNA CUM LAUDE de la interpretación. No todos los DIRECTORES son capaces de lograr esto.

El otro ENORME mérito y fortaleza de esta pequeña-gran película, son su GUIÓN. Éste estuvo en manos de ¡SAMUEL D. HUNTER!, un prestigioso y experimentado dramaturgo, novelista y guionista, de los EE.UU., originario de Nueva York. Él creó este GUIÓN, adaptando su propia “Obra Literaria Teatral”: “THE WHALE” (La ballena), de 2014. Y, ciertamente, junto con la DIRECCIÓN de ARONOFSKI, lograron comprimir y expresar, el espíritu e identidad de esta creación literaria, para la pantalla. ¡Sin florituras!

El film es dramáticamente potente e intenso. Entramos a las entrañas, del desgarrador y martirial dolor del distinto; del fracasado; del abandonado; del marginado; del despreciado; del que se esconde; del que se aísla; del que no es amado; del no perdonado…, del que subsiste miserablemente, y casi por un inexplicable y misterioso milagro… Estamos ante la realidad desgarradora, y arrolladora, de ¡tantos –como nuestro protagonista-, que sufren atrozmente, entre nosotros! ARONOFSKI y HUNTER nos están hablando, de una sociedad –de la que formamos parte, y somos responsables: con nuestro granito de arena-, cada vez más elitista, marginadora, individualista-egoísta, ventajista, cultora de la imagen, de lo físico, de eso sólo exterior: la apariencia y del “sálvese quien pueda”, exitista, exhibicionista, materialista… Una sociedad que se asemeja mucho, a la SUCIEDAD HUMANA. ¡Muchos sufren por nuestra culpa! ¡Somos cómplices del sufrimiento, y martirio, de muchos hermanos nuestros! ¡Aceptamos, y vivimos conformes, a los patrones ideológicos y culturales que nos machacan, por todos los medios y de todas las formas! ¡Y así condenamos a tantos hermanos nuestros, además de autocondenarnos!

Poética y bellamente, la película nos “retuerce” la conciencia sobre estas cosas. Y nos ofrece caminos curativos, centrados en el AMOR. Por ello, encontramos el ARREPENTIMIENTO, el PEDIDO DE PERDÓN, la RECONCILIACIÓN, la REPARACIÓN del mal hecho y provocado a otros, la CONVERSIÓN del CORAZÓN, la COMPASIÓN y la MISERICORDIA. Un AMOR que es ¡TAN AMOR!, que es capaz de llegar a la AUTO INMOLACIÓN!…

Esa BALLENA que lo es, por ¡TODO lo que significa y abraza como SÍMBOLO de la CONDICIÓN EXISTENCIAL HUMANA!, es una metáfora viviente de cómo son y pueden llegar a ser, muchas PERSONAS, quizás hasta de nuestro entorno más inmediato. Esa BALLENA es ALGUIEN ¡ENORME!, porque la existencia humana lo es así, y así de compleja y potente, pero también así de limitada, frágil, y torturada. ¡Cuánto y cómo nos cuesta existir, y convivir con nuestra propia existencia humana, y porque no sabemos siempre, o muy poco, eso de lidiar con nuestras propias emociones y vivencias! ¡Todos somos esa BALLENA!, y ¡TODOS buscamos y necesitamos ese VINCULARNOS auténticamente, y REDIMIRNOS! ¡TODOS buscamos y necesitamos un SENTIDO de la VIDA!, porque –en realidad-, somos ¡ENORMES!, pero ¡MUY LIMITADOS!, y ¡CARGAMOS TANTO DENTRO NUESTRO! Todo este enfoque HUMANISTA-ANTROPOLÓGICO, nos lleva a la urgencia –casi desesperada-, de la ¡SALVACIÓN!, ¡SER REDIMIDOS! de nuestra soledad, individualismo y autodestrucción.

La “Obra Teatral” de HUNTER, adaptada en esta película, se atreve audazmente también –como siempre en el CINE de ARONOFSKI-, a abordar estas “periferias humano-existenciales”, centradas sobre todo en la marginalidad y en el diferente. Por eso, presenta una perspectiva sincera y honesta de realidades sociales como: la OBESIDAD, la HOMOSEXUALIDAD, lo que es e implica la PATERNIDAD, y también la RELIGIÓN. Para ello, siempre habrá que enfrentar los demonios interiores, personales y sociales. Sino, las PERSONAS seguirán siendo meras BALLENAS, ¡MUY cargadas!

La perspectiva CRISTIANA de este film, nos lleva a esa figura bíblica de JONÁS y la BALLENA: él fue tragado por ésta, y luego arrojado nuevamente a la tierra, tras haberse ARREPENTIDO y haber REZADO A DIOS. Toda esta potencia metafórico-bíblica, se hacen MUY visibles en ese apoteósico y maravilloso final de la historia-película. Esa AUTOINMOLACIÓN, resultado de su transformación interior –por el dolor, la soledad y el martirio-, es fruto fecundo del ARREPENTIMIENTO, el PERDÓN y sobre todo del ¡AMOR! Es que, no me cansaré de decirlo y escribirlo, en consonancia con la propuesta de JESUCRISTO:

¡SÓLO el AMOR REDIME! ¡SÓLO AMANDO NOS ELEVAMOS y NOS AUTO TRASCENDEMOS!

Todo ese enfoque HUMANISTA del film, es coronado por estas verdades. Un HUMANISMO basado también, en la certeza de la posibilidad de la BONDAD y el BIEN en, para y entre los seres humanos. Fuimos creados POR y PARA el AMOR y, en definitiva, éste es el que nos permite autorrealizarnos, y redimirnos.

Finalmente, como tercer pedestal sobre el que se erige este film, hablemos de: ¡BRENDAN FRASER! Sinceramente: ¡asombroso! Quizás sea ¡el papel de su vida! Pasará a la Historia del Cine, por lo que logró en y con esta interpretación-encarnación. Lo del ÓSCAR, es secundario. Es más: otra vez, la “sacrosanta” Academia de Hollywood, “paga” deudas a quiénes ¡tanto! dieron al CINE, como Arte, Industria-Sistema y entretenimiento. ¡Se acordaron de él! Los “académicos” ya nos tienen acostumbrados, a esos abandonos-descartes-olvidos, de gente del Cine. Y, a veces (como este caso), vuelven a por ellos, los recupera, y los resucita. Son las hipocresías de esos “señores” del Cine. Pero, queridos lectores y amigos: BRENDAN FRASER fue –y es- un MUY BUEN actor, y no sólo un atleta físico, y “simpaticoide”. Os invito, nomás, a que volváis sobre algunas de sus actuaciones, en las que ¡borda milimétricamente! a sus personajes: “DIOSES y MONSTRUOS” (1998); “CRASH” (2004); “MEDIDAS EXTRAORDINARIAS” (2010)…, por nombrar algunas. Además, unos “detallitos”: ¡ha sufrido mucho en su vida personal, y profesional!, ¡ha descendido a los infiernos!, y aun así: ¡siguió dando su vida, desde sus años más tiernos hasta ahora, a la TV y el CINE!, con resultados dispares (e injustos también), pero “al pie del cañón”, aguantando el ¡enorme peso que cargaba, como esa BALLENA! De ahí, seguramente, la brillantez de su interpretación en este film. Él se adueñó de su personaje; lo hizo suyo; no se encarnó en ni como la BALLENA, sino que ÉSTA SE ENCARNÓ EN ÉL. Es que, convengamos, que ¡BRENDAN FRASER ES ESTA PELÍCULA, ES LA BALLENA!

Respecto a ese ÓSCAR: no me convencen los Premios en los cuales, hay demasiado maquillaje y demás parafernalia. Me cuesta explicarlo. Pero, siempre me ha pasado: quizás es porque –tanto arreglo, tanto “producido”-, puede afectar (demasiado) a la capacidad, percepción, captación y valoración performativo-interpretativo-expresivas propias, innatas y naturales, del talento, calidad y nivel de un actor/actriz, a la hora de encarnar e interpretar un personaje. Pueden condicionar, para bien y para mal, a la hora de juzgarlo, valorarlo, y premiarlo. Pero, en verdad creo que –esta vez-, se hizo justicia, con un actor conmovedor y desgarrador, en la actuación de nuestro sufrido-amado obeso CHARLIE. Realmente ¡EXCELENTE!

Junto a él, el CASTING y ACTUACIONES SECUNDARIAS, son de ¡mucha calidad! La naturalidad y humanidad en sus interpretaciones, son de sobrado mérito y valoración: ¡SADIE SINK, HONG CHAU!, y la ¡inmensa siempre: ¡SAMANTHA MORTON!, esta increíble británica que –actúe mucho o poquito-, ¡vaya, vaya, vaya lo que nos regala en la pantalla! ¡deja huella, no pasa nunca desapercibida!  

Por todo esto que hoy os he compartido, acerca de “LA BALLENA”, ésta es una historia digna e imprescindible de ser leída y contemplada. Si todavía no lo habéis hecho: ¡no os la perdáis! Espero y deseo haber colaborado, en algo, para ello.

Hasta la próxima, amigos.

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