CONCLUSIONES DE LA GALA DE ESTE AÑO:
- El Óscar como MEJOR ACTRIZ PROTAGONISTA a JESSICA CHASTAIN es una de las inmensas alegrías de esa noche, además de una reparación en justicia con esta actriz enorme, “como la copa de un pino”, un “pedazo de actriz”, una de las mejores de su generación y de la actualidad. ¡Le venían debiendo el Óscar ya hace mucho! ¡Parece que se acordaron de ella y se “resignaron”, finalmente, a premiarla! Su actuación en “Los ojos de Tammy Faye” es descomunal, arrolladora, impresionante y conmovedora. No premiarla este año, habría sido otro pecado clamando al Cielo, cometido contra ella. Aposté personalmente por este Óscar. Y no me salió mal la percepción ni el convencimiento. Siempre sostuve que, de las 5 nominadas, era la que más se merecía ganarlo. No era una categoría fácil, era muy competitiva, sacando a Penélope Cruz (por supuesto. ¿Qué pintaba allí? ¿Una de las 5 mejores actrices protagonistas del año? ¡Por favor!). En cierta forma, para algunos fue sorpresa este Óscar, apostaban por otras. A mí no me sorprendió. ¡Salté de júbilo del sillón! Además, me encanta la personalidad y estilo de vida de esta mujer.
- El Óscar a MEJOR ACTOR PROTAGONISTA estaba entre WILL SMITH y BENEDICT CUMBERBATCH. Se lo llevó el afroamericano. Cualquiera de los dos, habría sido merecedor –por igual-, de este premio. Por sus excelentes actuaciones. La balanza se inclinó más por Smith. Lo aceptamos. Me dio mucha pena la carita del bueno y talentoso Cumberbatch. Ya le llegará, le sobra talento y calidad para ello.
- También, hubo una gran sentencia de justicia, con el Óscar a MEJOR BANDA MUSICAL a HANS ZIMMER, por “DUNE”. Nominado 13 veces, siempre se iba de vacío. Esta vez fue la suya, ya le tocaba. No estuvo físicamente, no pudo recibir el premio personalmente. Pero este maravilloso y talentoso creador musical, al fin ha sido coronado con el Óscar, tras muchas injusticias, olvidos y ninguneos.
- La GRAN perdedora de la noche fue: “EL PODER DEL PERRO”. Solamente ganó JANE CAMPION, como su DIRECTORA, que no es poca cosa, más siendo mujer. Esta película ganó un solo premio, el de ella. Pero fracasó en toda la larga y poderosa ristra de nominaciones que tenía para estos Óscar. No ganó ni uno. Fue demoledora la forma cómo fue arrollada por otras películas, algunas “menores”, casi insignificantes como presupuesto, promoción, crítica, autobombo y publicidad. O por otras no tan “potentes” temáticamente ni como género, como en el caso de “DUNE”, su “defenestradora” en muchos de los galardones. La demolió. O también perdió en las solventes y esenciales categorías de GUIÓN y ACTUACIONES PRINCIPALES y SECUNDARIAS. Poco se entiende que hayan dado el premio como MEJOR DIRECCIÓN a JANE CAMPION, cuando no ganó ninguno de los galardones a los que aspiraba. ¿En razón de qué, por qué, la premiaron? ¡Y en DIRECCIÓN! Si la Academia ¡no le ha reconocido premiadamente nada de eso, ni a nadie, que ha dirigido en esta película! Una paradoja esto, casi un contrasentido, algo insustancial e insostenible. ¿Qué argumentos tienen los “académicos” para dar a Campion este galardón? ¿No será que, como esta vez la Academia hizo varios otros “guiños”, también optó por la cuestión feminista: sí o sí, premiar una mujer?… Es para pensarlo a esto. Ciertamente. Es extraño, y controversial este Óscar. Os invito a que leáis, nuevamente, lo que publiqué días anteriores al respecto de todo lo de esta película.
Os invito a la tercera parte de mi publicación sobre los Óscar. Con ella termino mi análisis de estos galardones.
En otra publicación siguiente, tendréis un ANEXO, breve, donde opino sobre el “incidente Will Smith”. Gracias por acompañarme y leerme.