¡ESTOY DE VUELTA! ¡SOBREVIVIENDO, POCO A POCO, A ESTA MUDANZA!
¡COMPARTIENDO EXPERIENCIA CON LA “FAMILIA FRASER” (ya veréis por qué)!…
Después de 15 años, me he mudado. El motivo daría para escribir un thriller con humor negro, para reírnos un poco. No lo haré, porque –además-, estoy ¡muy cansada! Agotada. Ya no tengo 20 años…
Según los que saben (no los charlatanes y opinadores de turno), mudarse es una de las 5 actividades más estresantes, exigentes y agotadoras que existen para un ser humano. Requiere “poner en el asador” -con mucha intensidad y demanda física, del sistema nervioso y de la sensibilidad de nuestro aparato psíquico-, todas las energías de nuestras reservas personales. ¡Y vaya que es cierto esto! Además: un detalle presente siempre en las mudanzas: algo se rompe y/o algo se pierde. En mi caso: una boina, que compré en París hace varios años, y que formaba parte de mi afectividad muy entrañablemente, y me era de cotidiana utilidad. ¡La echo de menos! Encima: ya no se fabrica ese modelo. Compraré otra… y seguramente me encariñaré con ella también. Mi cabeza y corazón le estarán agradecidos.
Pero una MUDANZA es también un paso más en el proceso del caminar existencial nuestro, a nivel personal y comunitario. Es un verdadero tembladeral material, en el que desmontamos y desarmamos “mi casa”, para armar una nueva casa, otro espacio físico-mental-psíquico, al que accedemos –casi como exploradores y “husmeadores”, en un “terreno” misterioso, lleno de curiosidades y sorpresas, casi como sagrado-, para abrazarlo como el nuevo HOGAR… Una MUDANZA nos desinstala, nos mueve no sólo material y espacialmente; nos “desordena” en un puzle caótico de cajas y cajas y cajas… y cosas y cosas y cosas… y experiencias, vivencias, recuerdos y añoranzas… y expectativas y búsquedas… Tiramos cosas, regalamos otras… Una MUDANZA, en ese “desarticularnos” y desestructurarnos, nos hace de DESPOJO y PURIFICACIÓN interior, para seguir dando pasos y respuestas a LO ESENCIAL de la vida. ¡Vaya que nos encanta ser Diógenes, juntando y arrumbando tamaño colorinche de objetos, sin los que –perfectamente- podemos vivir y realizarnos plenamente! Una MUDANZA nos transporta no sólo espacialmente; en y por ella, “tocamos” el misterio infinito e insondable del TIEMPO también… En y por ella, “rozamos” –hacia atrás y proyectados- años y años y años… La vida y nuestra vida, “pasan” en y por ella… Cuando nos mudamos, no sólo nos lanzamos material y geográficamente, sino que vamos “salpicándonos” de los segundos, los minutos, las horas, de nuestra vida y la de los otros… El TIEMPO vivido, nos va “acariciando”, en ese despojo y purificación que vivimos en una MUDANZA… Y vamos constatando que:
“todo pasa y todo queda…, pero lo nuestro es pasar… abriendo caminos”…
¡Cuánto y cómo me he acordado de CLAIRE y JAMIE FRASER en esta mudanza!… ¡Imposible no hacerlo! ¡El “UNIVERSO OUTLANDER” es un misterio increíble y maravilloso de MUDANZA!…
OUTLANDER ES UNA ETERNA ¡MUDANZA!…
¿No lo creéis así?… Yo siempre he pensado que es así, y por eso os lo comparto. Y creo también que esa MUDANZA está –con esa dimensión, hondura, riqueza y fecundidad (a las que aludí antes en esta Publicación)- desde la primera página de la pluma de DIANA GABALDON y desde el primer fotograma de nuestra amada Serie de TV. Pero, si sois lectores míos, sabréis que –en estas Publicaciones mías acá- no profundizo ni desarrollo mucho lo que analizo y comparto sobre OUTLANDER, porque ya sabéis que estas “migajas” las estoy exponiendo más y mejor en ese libro que estoy escribiendo sobre el “universo Outlander” de la “Saga Literaria” y de la Serie de TV. Perdonadme, una vez más. Es que sino: ¡no leeréis mi libro!… ¡Tenedme paciencia!…
Cajas y cajas y cajas… Libros y películas y pack de Series… Estanterías y estanterías y estanterías… ¡Y todas las cosas de casa y de la vida cotidiana, y de los estudios, carreras y trabajos hechos! Y en todo ello, y por todo ello, no ha dejado de “pasar” –no sólo el misterio de OUTLANDER, sino toda esa otra reflexión y vivencia que os he compartido en los párrafos anteriores-. Y esto, en medio del mucho cansancio físico que tengo y siento, me llena el corazón y me da esa energía propia de los pequeños…, para seguir “jugando” en esta rayuela de la existencia… y “correteando” por éste, mi nuevo HOGAR…
Hasta la próxima, amigos. ¡He vuelto! Retomo mi escritura y os seguiré regalando y compartiendo más Publicaciones. Nuevamente: ¡quedáis invitados!
Hola!! Parece mentira la de cosas que guardamos. A veces “por si acaso”, a veces por el recuerdo que conlleva. Pero al final, lo importante son las vivencias que has tenido en ese entorno que era tu hogar. Y la ilusión de empezar y hacer tuyo ese nuevo espacio al que volverás a llamar “mi casa”.
Que te vaya muy bien en ese nuevo hogar!!!!
Buenos días, querida Montserrat.
¡Muchas gracias por tus palabras! y nuevamente ¡gracias por leerme! ¡Gracias, sinceramente!
Te agradezco también tus buenos deseos sobre mi «arraigarme» en este nuevo HOGAR. Que no sea sólo físico y material, sino afectivo y espiritual.
Ya he acomodado todas las cosas, esenciales. Ahora solamente quedan los detalles de decoración. Las paredes están muy peladas, hay que «vestirlas», sin recargarlas. Me gusta la sobriedad y sencillez. «En el camino se acomodan las cargas» y «a cada día le basta su afán», por eso ahora hago todo «a modiño, a modiño» (como decimos en Galicia). «Todo se andará»…
Muchas gracias por tu apoyo y aprecio, siempre presentes. Los valoro
Cuídate.
Un abrazo fuerte.