HACERTE HOMBRE… HACERTE PERSONA

¡¡¡JAMES ALEXANDER MALCOLM MACKENZIE FRASER!!!

JAMIE es un hombre grande, fornido y de tez clara, mide 1,93 centímetros. A pesar de su altura y de sus hombros anchos tiene la gracia compacta de un atleta, con el cuerpo modelado de un guerrero.

Tiene cabellos rojos, ondulados y gruesos. No es el típico pelirrojo, ya que su pelo tiene una multitud de colores individuales mezclados: castaño, ámbar, cobre, canela, rojo y oro, conformando una tonalidad única, semejante al pelaje de un ciervo rojo. Sus ojos de color azul oscuro, son rasgados como los de un gato, con largas pestañas, oscuras en las puntas y claras en las raíces.

Se dice que la altura, el color del pelo, los pómulos y la nariz larga y recta, los heredó de la familia de su madre, los MacKenzie, mientras que los ojos rasgados, la mandíbula fuerte y la boca ancha, son rasgos de su padre, Brian Fraser.

Con los años, el cuerpo de Jamie ha adquirido muchas cicatrices de heridas diversas. Tiene la espalda fuertemente marcada por los azotes infringidos por los ingleses. También una cicatriz curva en la parte posterior de la cabeza, causada por un golpe con hacha; una marca triangular en la clavícula y varias cicatrices en la mano derecha, así como el dedo anular rígido, por la tortura que sufrió en la Prisión de Wentworth.

Como características peculiares es necesario señalar que, aunque le gusta la música, carece de oído para ella debido a un fuerte golpe de hacha que recibió en la nuca, lo que le dejó sin sentido del ritmo. Otra característica peculiar es que no sabe guiñar un ojo y cuando quiere hacerlo, pestañea los dos.

Según Claire, tiene una “mirada de terrateniente”, que hace que la mayoría de las personas le obedezcan.

Tras Culloden, Jamie tiene dos nuevas cicatrices muy notables: una en la nariz debido a que se la rompieron y otra en el muslo hecha con un mosquete.

Los años que estuvo escondiéndose de los soldados ingleses pasaba casi todo el tiempo mugroso, barbudo y con el pelo todo revuelto pues sólo se aseaba y afeitaba en las ocasiones que bajaba a Lallybroch.

A sus 45 años se había dejado crecer el pelo y lo llevaba normalmente recogido en una gruesa cola de intenso rojo dorado, con reflejos cobrizos. Su cuerpo era aún musculoso.

Con 46 años sigue siendo alto y grande, apuesto y fuerte, pero ya no es joven, tiene una espalda ancha y unas facciones bien definidas. Su cabello es brillante y su barba roja comienza a tener un brillo plateado a la luz… Y ha llegado a sus 50 años…

He querido empezar esta Publicación parafraseando trozos de la Saga Literaria de la genial DIANA GABALDON, para definir ciertos aspectos y características de este extraordinario, complejo, rico y sublime personaje creado por ella y maravillosa y perfectamente encarnado e interpretado por nuestro amado SAM HEUGHAN.

He arrancado con esas generalidades de su descripción física porque siempre es importante, a la hora de crear un personaje y analizarlo, contemplarlo primero “por fuera”. Ayuda a identificarlo, a ubicarlo frente a nosotros bien concretamente y a ubicarnos frente a él. Es lo primero, lo básico, que tenemos cuando conocemos a alguien: lo vemos físicamente, en su corporeidad concreta. Y su cuerpo, su aspecto físico, nos habla mucho de quién y cómo es, y también de su genética y de su historia. Siempre nos contactamos primero con una persona en su corporeidad, como un organismo físico concreto existente, y –desde ese reconocimiento y asunción- damos los pasos siguientes: conocer a ese otro en su totalidad y profundidad, a través de su modo de ser y actuar y vivir, a través de sus pensamientos, sentimientos y acciones. Recién allí y así conocemos plenamente a alguien, en este caso: a JAMIE.

JAMIE es inteligente, con un gran sentido del honor, leal, fiel, carismático y líder nato. Posee un fiero valor y es amante de la verdad y de la rectitud, de la libertad y la dignidad.  Tiene un maravilloso sentido del humor y aunque es totalmente práctico, es un hombre muy romántico, tierno, sensible, apasionado, sensual, espiritual y religioso. Posee convicciones morales muy fuertes y un sentido de la rectitud, la nobleza, la justicia y la honestidad muy arraigados e innegociables.

Tiene la actitud orgullosa de los montañeses. Posee un temperamento muy fuerte y una personalidad recia y curtida que a veces lo hace desbordar en cólera y estallidos de ira y brutalidad, sobre todo cuando constata “tocados” los principios y valores morales, humanos y sociales. A veces se descontrola verbal y gestualmente cuando se enfada y estalla. Es sensible al sufrimiento de los demás y siempre busca y lucha por ayudarlos y comprometerse concretamente con ellos, buscando siempre su bien, aún a costa de sus sacrificios y renuncias personales.

En líneas muy generales, así es JAMIE. Por supuesto no pretendo agotar en esta Publicación de mi BLOG todo lo que es y cómo es este personaje. Tengo un Capítulo especial sobre y para él en ese libro que estoy escribiendo sobre OUTLANDER. Aquí simplemente esbozaré algunas consideraciones referidas, sobre todo, a porqué me parece que nuestro JAMIE es un personaje tan potente, atrapante y rico en esta historia, y tan cercano e identificable con nuestra condición humana, tan próximo y “tocable” y semejante a cada uno de nosotros. Tampoco me referiré a SAM HEUGHAN como el que magníficamente lo encarna y nos lo regala en cada segundo de la Serie OUTLANDER. De ello también me encargo en ese libro que escribo. Planteado todo esto, paso a esas consideraciones que deseo compartir con vosotros. ¡¡Manos a la obra!!

¿Qué es lo que hace tan atrayente y “enamorante” para nosotros a JAMIE? Esta pregunta me la hice varias veces, y he ido encontrando respuestas. Quizás algunos piensen inmediatamente en la belleza física y la encantadora personalidad de SAM HEUGHAN, que nos lo trae a la pantalla. ¡¡¡Por supuesto que eso ayuda, y mucho!!! Nuestro amado SAM es capital y esencial en TODO lo que es y cómo es JAMIE para nosotros. ¡¡¡Imposible OUTLANDER y JAMIE sin SAM HEUGHAN!!! ¡¡¡Impensable!!! Eso no lo ponemos ni un segundo en duda. Quede clara mi postura. Cuando me he hecho esa pregunta anterior es apuntando, más bien, al personaje JAMIE en sí mismo, en su entidad, en su realidad concreta y completa de ser humano, de ser una persona. Me pongo en la actitud de quien se zambulle “ad intra” de la identidad y esencia de quién y cómo es JAMIE, para entender bien y completamente porqué nos atrae, nos cautiva, nos convence y lo amamos.

Lo primero que percibo como acierto, tanto de parte de DIANA GABALDON como de TODA la gente que crea en la pantalla el “universo OUTLANDER”, es que este personaje es creado e interpretado como un ser de carne y hueso. Es un hombre maravilloso, pero es un hombre. Jamás lo percibimos como un súper hombre ni un súper héroe ni un dios olímpico ni un angelito ni un modelo acabado y perfecto de la condición humana. NO: tiene virtudes y defectos. Con grandezas y debilidades. Con aciertos y errores. Con triunfos y derrotas, fracasos. Con logros y pérdidas. Con ilusiones, esperanzas, luchas y frustraciones. Con complejidades y contradicciones. Con luces y sombras. Con alegrías y tristezas… ¡¡¡Es y obra igual que cada uno de nosotros!!! Por eso lo sentimos tan cercano, atrayente y atrapante. Por eso vivimos y sentimos con y por él. Nos identificamos con él. No nos reta a un modelo imposible e inalcanzable de persona humana. Él es tan humano como nosotros y actúa y siente exactamente igual que nosotros. Ésta es la primera respuesta que encuentro. Pero encuentro otra respuesta más. A continuación, os la comparto:

El segundo acierto está introducido en esa foto que coloqué en esta Publicación: dos JAMIES, el muy jovencito y el hombre ya maduro y adulto. Otro tino y clarividencia de DIANA GABALDON y de TODA la gente que crea en la pantalla el “universo OUTLANDER”, es que JAMIE (y todos los otros personajes también) no es alguien estático, “hechito” y “perfectito”, intocable e inamovible. En la SAGA LITERARIA y en la SERIE contemplamos a un JAMIE en dinamismo, en evolución, en procesos de cambios y maduración. Alguien que va caminando por la vida, transitando etapas y transformaciones, muchas de ellas muy profundas, consistentes y trascendentales, que cambian esencialmente su persona y su vida. Totalmente. Contemplamos a un chavalito hacerse hombre, en todos sus aspectos; a un chavalito haciéndose persona adulta y madura. Me gusta mucho afirmar que contemplamos a JAMIE creciendo: lo leemos, lo vemos, lo sentimos, lo vivimos y lo amamos en continuos procesos humanos de crecimiento y maduración. Contemplamos a JAMIE ¡¡¡¡haciéndose HOMBRE, haciéndose PERSONA!!!! Y vamos peregrinando ese camino con él, nos sentimos parte de ese viaje, transitamos con él esa senda. Y esto es posible, no sólo gracias a todos los que han creado y nos han regalado el “universo OUTLANDER”, sino también porque nos sentimos identificados con eso: nosotros, cada uno, también somos peregrinos de la vida y en ella vivimos, disfrutamos y sufrimos procesos, cambios, evolución, maduración… y mucho de eso es muy similar o igual a lo que contemplamos en JAMIE. Por eso también este personaje nos atrae, nos atrapa y nos enamora. Nos sentimos parte de él en todo eso y lo sentimos a él parte de todo eso en nosotros mismos. No es alguien lejano a nuestra propia experiencia vital y existencial. No es ajeno como un inalcanzable y extraño para nosotros. ¡¡¡Crecemos, cambiamos, evolucionamos y maduramos como él!!! Y todo esto es lo que también nos enamora de JAMIE y nos convence y atrapa.

Hasta aquí por ahora. Mucho más sobre esto desarrollo y desarrollaré en mi libro. Y también me ocuparé de nuestra amada CLAIRE y CAIT y demás personajes. Esta vez, como hago periódicamente, sólo he compartido con vosotros algunas “confesiones” de mi cabeza, corazón y alma sobre nuestro amado “universo OUTLANDER”. Habrá más… os lo prometo… ¡¡¡seguro!!!…

Hasta la próxima, amigos. Hasta la próxima FAMILIA OUTLANDER, FAMILIA FRASER.

¿Lo contemplaremos así?… ¡¡¡Sería maravilloso!!!…

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *