Desde el comienzo, el Papa nos deja bien claro, aunque ya es algo sabido, que el “tema” amor y familia es hoy muy complejo. La realidad concreta de este Mundo y Humanidad actuales es de tan complejidad, cambios y celeridad que no es tarea fácil para nadie –más aún para la Iglesia- hablar, abordar y ocuparse de estos temas y realidades. Pero la Iglesia debe hacerlo, y ser luz y camino entre tantas sombras, oscuridades y desviaciones. Y el Papa Francisco lo hace en este Documento, pastoral y misericordiosamente, pero también con firmeza y nitidez. No nos engañemos.
Todo el Documento no tiene desperdicio. Todo lo que expone es valioso y esencial, y de mucha alegría…
Porque ese AMOR siempre genera, celebra, vive y comparte la verdadera ALEGRÍA…
Arranca desde la Palabra de Dios. Todo ese capítulo I es una maravillosa exégesis, además de muy bella y humana, de Bergoglio sobre el amor y todo lo que él trae como experiencia y consecuencias: pareja, familia, hijos… Recorre pasajes de las Sagradas Escrituras, de una riqueza y belleza de contenidos y expresiones profundas y no comunes de escuchar entre los seres humanos de hoy.
En el capítulo II: “Realidad y desafíos de las familias”, analiza puntillosamente todos los aspectos (TODOS) de la problemática difícil, distinta, cambiante, conflictiva, dolorosa, y sus cosas buenas también, de la familia en la actualidad. Todos los párrafos de este capítulo son EXCELENTES.
El capítulo III es precioso y de una riqueza de contenidos, incalculable. Su título es: “La mirada puesta en Jesús: vocación de la familia”. Como supondréis, ahonda en la institución matrimonial a la luz de la Persona y enseñanza de Jesús. Desde Él, hace otra exégesis y Teología de los Evangelios y del Nuevo Testamento, con las referencias a este tema. Y nos ofrece también una profundización de la Familia de Nazareth: Jesús, María y José. Son unos párrafos maravillosos. En este capítulo, penetra luego en la doctrina de los Documentos de la Iglesia sobre el matrimonio y la familia. Destacando, particularmente, textos y acciones de los Papas anteriores sobre estos temas: San Paulo VI, San Juan Pablo II y Benedicto XVI y, desde luego, el Concilio Vaticano II. Basado en todo lo que ha expuesto, se detiene luego en el desarrollo del Sacramento del matrimonio. ¡Nos recuerda todo lo esencial sobre él! y lo hace desde el sólido fundamento de la Palabra de Dios, la Tradición, la doctrina eclesial y la Antropología, humana y teológica.
Este capítulo III y en otros puntos del Documento, es donde también el Papa vuelve y se detiene exhaustiva, firme pero pastoralmente, en temas actuales de complejidad y dolor también. No es ajeno a todas las situaciones humanas de pareja y familia, muy diversas y, muchas veces, heridas, condenadas y apartadas. Las analiza bien, en lo que son y sus efectos. No tiene palabras ni una actitud condenatoria, lapidaria de esas personas, sino que arroja luz, pedagogía divina y atención pastoral. Y a lo largo de todo el Documento insiste en esa pedagogía divina que lleva siempre a la inclusión. Ya de por sí, muchas situaciones de pareja y de familia son muy complejas, y las personas sufren bastante. El Papa se ocupa en el texto de todas esas situaciones irregulares. Por eso hay que tener una mente, un corazón y una actitud bien formados –ciertamente sólidos- pero acompañados de la misericordia, compasión, paciencia, acompañamiento e inclusión.
También se ocupa de la transmisión de la vida y educación de los hijos, y no sólo en este capítulo. Al hacerlo, no se olvida de las tragedias y pecado de: aborto, eutanasia y pena de muerte. Y, lógicamente, se refiere también a la relación de la Iglesia con el matrimonio y la familia.
Si seguís acompañándome, os ofrezco la 3ª parte de mi publicación, a continuación. Gracias.