DUELE. INDIGNA. PREOCUPA. CUESTIONA.

En la imagen de Laboratorio: el CORONAVIRUS.

Os lo presento, nuevamente.

Puso nuestras personas y nuestras vidas, en todo el planeta Tierra, patas para arriba. Nos ha destrozado, arrasado y matado ya a millones. Y ha devorado nuestras economías y nos ha precipitado a una crisis sin precedentes en mucho tiempo. Ha sembrado una tragedia sangrante en todos los aspectos. Vamos conociendo y sintiendo sus trágicas, complejas y endiabladas consecuencias en la salud, los Sistemas Sanitarios, el trabajo, los bolsillos, la familia, la Empresa, las Instituciones Sociales, Políticas, Estatales, Humanitarias, las relaciones humanas… Nada ni nadie ha quedado al margen del azote y tridente implacables del COVID 19. Y ¡¡¡cuán huérfanos y abandonados nos hemos sentido, y nos sentimos, de quiénes debían tomar decisiones y estrategias, de su preparación, eficiencia y seriedad!!! En el Mundo actual, en nuestra Humanidad, ¡¡¡no hay LÍDERES, HOMBRES DE ESTADO!!! ¡¡¡ Estuvimos y estamos HUÉRFANOS y MALTRATADOS DE ESTADISTAS y LIDERAZGO MUNDIAL!!!… ¿Y si como muestra os vale un «botón» os nombro sólo uno?…: ¡¡¡WINSTON CHURCHILL!!!… Es que los momentos difíciles, las tragedias, ¡¡¡claman por GRANDES HOMBRES!!!… Por allí reza un refrán que dice: «Tiempos difíciles, tiempos de Santos». Santos religiosos y Santos «mundanos», seglares…

Hemos, y aún lo hacemos, contemplado azorados, como un bombardeo o descarga brutal de ametralladora, sin sosiego: contagios, muertes, protocolos, charlatanería en la información y en Internet y en las Redes Sociales, y un caos social, político y económico que nos ha puesto en jaque mate. Aún no sabemos clara y seguramente cómo evolucionará todo esto; en qué y cómo derivará; qué consecuencias nos dejará a corto, mediano y largo plazo. Porque el Coronavirus ha venido para quedarse con y entre nosotros, como tantos otros virus, bacterias, microbios y enemigos de la naturaleza humana. Es muy feroz, potente y letal, con una fuerza devastadora y aniquiladora que sorprende hasta a la misma Ciencia y a la Medicina, que han acabado “contra las cuerdas” y, muchas veces, desbordadas. Pero, ciertamente, su propagación ha sido y es también fruto o culpa de nosotros, los seres humanos: no nos hemos cuidado bien ni lo suficiente; jugueteamos mucho con esto; nos creímos que no era “para tanto”; que era como otra forma de gripe; que era “cosa para los viejos”; que “a mí” y a “los míos” no nos pasaría nada; que estaban exagerando y metiéndonos miedo, porque no sé qué “oscuros poderes” querían someternos, dominarnos y aniquilarnos… ¡¡Hemos escuchado tanta parafernalia opinadora todos estos muchos meses!! Y, por supuesto, no tardaron en llegar los conspiranoicos y negacionistas, y los antivacunas, que “no dan un palo al agua” pero van de expertos, sabiondos y sabelotodos. ¡¡Qué razón tenía Albert Camus, genial escritor y pensador francés, un humanista, cuando afirmaba: “Si quieres conocer al Hombre, invéntate una peste, una guerra, una tragedia”. No voy a comentar sus palabras, hablan por sí solas. Solamente agregaré que fueron proféticas muchas veces, y más aún en esta pandemia. Si para algo ha servido el Coronavirus ha sido para desnudarnos como individuos y como Sociedad. A cada uno y a todos. Como dice el refrán: “Se nos vio el plumero” y “así nos luce el pelo”. Por supuesto, sobre todo a los inoperantes, incapaces y atontados Políticos, Dirigentes y Gobernantes. Nosotros los elegimos. Dependemos de ellos. Pero cada uno de nosotros ha ido quedando al descubierto durante este aciago tiempo. Cada uno en su conciencia sabe, y tendrá que responder: a los demás y a Dios. Porque todos hemos sido y somos co responsables, en distintas medidas y formas; con más o menor intensidad y compromiso; en distintos momentos, porque TODOS estamos en la misma barca: la Humanidad. El COVID 19 se propaga con tanta virulencia porque es TREMENDA y MILIMÉTRICAMENTE CONTAGIOSO y moviéndonos tanto, y amontonándonos tanto, más aún.

Hay responsabilidades que “cobrar” por esta tragedia. No como venganza sino como deber de Justicia y Verdad. Por la Vida y Dignidad Humana. Esperamos y exigimos que los anacrónicos, inútiles, abúlicos e “idiotas útiles” de las Instituciones Mundiales, de los adormilados y avejentados Organismos Internacionales, “hagan sus deberes” en esto. Sino quedará una llaga supurante y abierta por generaciones. Y eso no sólo es vergonzoso, denigrante y maquiavélico, y un grave pecado de omisión, sino que nos colocaría en un horizonte y espiral muy peligrosos. Y ya estamos viendo, sintiendo y sufriendo “cosas” muy dolorosas; muy complejas, enredadas, tramposas y endiabladamente peligrosas, que al menos a mí no me gustan y me “quitan el sueño”. Nunca olvidemos que “El Hombre es el único que siempre tropieza en la misma piedra”. No juguemos con fuego: éste quema, destruye y sólo deja la nada de las cenizas.

Frente a toda esta cuasi “maldición bíblica” (aunque aclaro que DIOS no castiga) solamente nos quedan estos caminos: 1) RESPONSABILIDAD-OBEDIENCIA-PRUDENCIA para cuidarnos y así cuidamos al otro; 2) VACUNAS, VACUNAS, VACUNAS y VACUNAS y 3) COMPROMETERNOS CON NUESTRA PERSONA y NUESTRA VIDA EN TODO AQUELLO QUE IMPLIQUE SOLIDARIDAD, TAREA y HUMANISMO, para salir de ésta sin tantas heridas JUNTOS, COMO HERMANOS: “FRATELLI TUTTI” (Documento del Papa Francisco que analizaré también en mi Blog). Sobretodo preocupándonos y comprometiéndonos activamente con los más pobres, débiles, solos y desprotegidos. Se nos está llamando al AMOR FRATERNO GRATUITO, a ése que va más allá de la sangre, de la afinidad y del beneficio propio. Que exige SUBLIMACIÓN, ENTREGA y SERVICIO. Porque, como decía el Presidente John F. Kennedy: “O nos salvamos en racimo, o no nos salvaremos”; “No preguntes qué es lo que tu país debe hacer por ti. Pregúntate qué debes hacer tú por tu país”. Estamos llamados a ser TODOS responsables y comprometidos. Dejando de lado TODOS aquellos intereses, polémicas, manipulaciones, intrigas, juegos y beneficios exclusivamente individuales, ideológicos, políticos, económicos, partidarios, sectoriales…

El título de esta publicación alude a dolor, indignación, preocupación, cuestionamiento. Lo denominé así bien a propósito. Ésos han sido y son mis sentimientos y sensaciones frente al COVID 19 y también frente a mucha gente: sufriente, y otra muy irresponsable, temeraria, imprudente, insensible, egoísta e insolidaria. Muchos no se han cuidado y no se cuidan, “mirando para otro lado”, burlando la realidad de una tragedia que nos rodea amenazante; creyéndose imbatibles y Superman, y riéndose de los obedientes y cumplidores de todos los protocolos. Mientras todo se caía y cae a pedazos en el Mundo y la Humanidad, muchos vivieron y viven “a su aire”; “pasan”; sólo piensan, sueñan y programan sus vacaciones y placeres, su “pasarla bien”, su “sacar la mejor tajada”, aunque muy seguramente tropiezan, cada día, en la puerta del edificio donde viven o trabajan, en calles, plazas, puertas de supermercados y cientos de negocios, parques, paseos, atrios de iglesias, con gente que está muy mal por esta tragedia, por sus fatales consecuencias, y “pasan de ellas” sin sentir nada, sin plantearse nada… ¡sin saludarlos siquiera! Son los NADIES de los que hablaba el poeta uruguayo MARIO BENEDETTI. Es como si muchos se hubieran “acostumbrado” a ellos. Hay como una “anestesia” a la sensibilidad y un afán por el “mientras a mí no me toque”… ¡¡¡Menos mal que existen las ONG y Cáritas, Manos Unidas, y cientos de grupos, actividades e Instituciones de la Iglesia, que asumen nuestra insensibilidad y falta de compromiso, y la convierten en escucha, acogida, compasión, acompañamiento, solidaridad y dignificación humana!!!… Viven el servicio del AMOR, frente a tantos que han seguido y siguen viviendo como si nada hubiera pasado y pasara y pasará. Es como si no hubiéramos aprendido nada, como si no hubiéramos crecido/madurado nada, como si no hubiéramos cambiado nada realmente.

Y como tengo dolor, enfado, preocupación y cuestionamientos os pregunto: ¿No os ha pasado y pasa lo mismo?… ¿Os duele el horror del COVID 19 en la siempre torturada INDIA?… ¿Os inquieta qué pasa y pasará con todo esto en los países de ÁFRICA, de OCEANÍA, de AMÉRICA LATINA, de ASIA; en los CAMPOS DE REFUGIADOS?… ¿Y en tantos lugares del Mundo, os duele lo que pasa y pasará por el CORONAVIRUS: pobres, miserables, sin recursos, sin oportunidades, sin Sanidad, con malos e inútiles dirigentes y gobernantes, sin desarrollo, con deudas devastadoras y asfixiantes, con corrupción enquistada, con malos o ausentes hábitos de vida, de higiene y mala alimentación…?… ¿Os duelen?…  Os confieso y comparto que a mí sí. Y mucho. Y en muchos momentos todo esto me “revuelve” interiormente… Días pasados fui a un control médico y, conversando sobre el COVID 19, mi Médico me dijo algo que, en un primer momento me pareció exagerado y tremendista, pero luego lo he seguido “rumiando” y debo admitir que tenía toda la razón, sobre todo médica, científica, lógica y de sentido común. Sus palabras fueron éstas: “Hasta que los 8 mil millones de personas que vivimos en este planeta Tierra no estemos vacunados, el Coronavirus nos tendrá al jaque, acechándonos, llevándonos por “la calle de la amargura”, y no estaremos seguros ni salvados”. No es exagerado ni tremendista decir y reconocer esto. Sobre todo porque este virus es mortalmente poderoso e híper contagioso, más aún cuando hay movilidad y cercanía de las personas. Es así: No estaremos librados y tranquilos hasta que los 8 mil millones estemos vacunados.

De ahí que sea tan esencial y urgente el VACUNARSE. Y por eso me duele, indigna, enfada, preocupa y cuestiona que la INDIA, primer país del Mundo productor y distribuidor de VACUNAS, esté actualmente sumido en semejante desastre sanitario y de muerte por el COVID 19. Frente a ello, uno no puede dejar de plantearse el indignante y repulsivo cuestionamiento del negocio y comercio de la salud y la vida. El mercado de los Laboratorios. Los negociados y lobbies de los Gobiernos. El espanto de una injusticia que clama al Cielo: hay salud y vida “para ricos, desarrollados y poderosos” y enfermedad-muerte para “pobres, infra desarrollados y marginales”, respecto a los países. ¿Cómo no sentir dolor frente a esto, amigos?… ¿Cómo no sentirnos “tocados” por todo esto?…

Yo soy una persona creyente. Sí, creo en Dios. En el Dios que se hizo Hombre en su Hijo: JESUCRISTO. Estoy más que segura que ÉL nunca jamás nos abandona ni abandonará. Que debemos REZAR MUCHO para que estos horrores terminen. ÉL nos está auxiliando y sosteniendo, y está pronto siempre a socorrernos. El Coronavirus es una de las “versiones”, podríamos decir cuasi simbólicamente, del demonio en nuestro Mundo y Humanidad, y ya sabemos que al demonio solamente se lo derrota y expulsa con la GRACIA de DIOS que nos viene dada por la ORACIÓN y el SACRIFICIO PENITENTE. Pero no le achaquemos a Dios todo, porque en este Mundo los que estamos CONCRETAMENTE somos nosotros, los humanos, y las cosas terrenas nos competen. Dios nos ha creado a SU Imagen y Semejanza: persona, por lo tanto somos libres, inteligentes, responsables, y ello debemos vivirlo en todo lo que somos y hacemos. La pandemia es nuestra responsabilidad y nuestra incumbencia. Lo que quiero decir puntualmente es: “A Dios rogando y con el mazo dando”. Con palabras sabias y bíblica y teológicamente muy bien fundamentadas y expuestas por SAN AGUSTÍN me atrevo a decir y proponer, y por qué no: exigir, lo siguiente: “AQUEL QUE TE CREÓ SIN TI NO TE SALVARÁ SIN TI”. Por lo tanto: recemos, pidamos, “rodillas-rodillas-rodillas” a y ante DIOS, pero nosotros tenemos que responder cooperando y comprometiéndonos activamente.

Hacía mucho tiempo que deseaba y necesitaba expresar y compartir mis pesares, sentires y expectativas por el COVID 19. He dado un primer paso en ello. Soy consciente de no haberlo agotado todo al respecto. Por mi humana incapacidad y porque aún nos queda un largo, complejo, doloroso y peligroso camino por peregrinar en esta tragedia. Estoy segura que todavía falta escribir muchas páginas y capítulos sobre este indeseable visitante y sus “herencias”.

Al menos ya hay VACUNAS contra esta bestia mortal. Tenemos esta esperanza. A ella estamos agarrados. Lo que urge es que esas VACUNAS sean accesibles a los 8 mil millones que pisamos este convulso planeta.

No puedo ni quiero acabar sin rendir mi homenaje de gratitud y admiración y cariño entrañable hacia TODOS los SANITARIOS. TODOS.

Los hemos visto, oído y sufrido con ellos. Lo han dado y dan todo.

Incluso con sus propios cuerpos y vidas: se han infectado y también han muerto.

Son los servidores, cuidadores y salvadores de la VIDA y la SALUD.

Lo mismo valoro en TODOS los SERVIDORES públicos y privados, quienes desde sus trabajos han velado y velan por nosotros, de infinitas formas distintas.

Nada de lo esencial nos ha faltado gracias a ellos.

Y siempre han estado “ahí”, “al pie del cañón” para nosotros.

PARA TODOS ESTOS HERMANOS NUESTROS: ¡¡INFINITAS GRACIAS!!

Nunca los olvidaremos. Hemos aprendido a valorarlos y amarlos.

¡¡GRACIAS!!

Hasta la próxima, amigos. Cuidaos mucho. Y vacunaros.

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