Funny, funny, funny cine…
Invocamos el amparo de los “santos” Plauto y Terencio. La comedia clásica irrumpía y se entremezclaba en las gentes, con igual afecto y apego, que las eximias tragedias que inundaban aquellos tiempos pretéritos. El pueblo “saboreaba” la catarsis de las lágrimas pero también de las risas. La tradición y herencia que de ello quedó, en […]
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