CARTA APOSTÓLICA «APERUIT ILLIS»

Con este Documento, el Papa Francisco instituyó el III Domingo del Tiempo Ordinario, como DOMINGO DE LA PALABRA DE DIOS.

Para la celebración, reflexión y divulgación de las SAGRADAS ESCRITURAS.

Para fortalecer los lazos con los hermanos judíos y para rezar y compartir por la unidad de los cristianos. Ya que con todos ellos estamos enraizados en el Misterio de la Revelación Divina en la PALABRA DE DIOS.

El título en latín, traducido al español, es: “Les abrió el entendimiento”… (Lc. 24,45) y (nº 1 del Documento).

Me ha parecido muy oportuno compartir este Documento por las siguientes razones:

  1. No ha sido suficientemente divulgado ni trabajado pastoralmente en nuestras comunidades. Pasó como “un Documento más”.
  2. Si bien ha habido un crecimiento en la frecuencia de la lectura, accesibilidad,  familiaridad, profundización y estudios de las Sagradas Escrituras en nuestra Iglesia, aún es escasa, no muy fomentada ni globalizada. Es un déficit que seguimos teniendo los católicos respecto a otras Confesiones Religiosas, que centran todo su ser, vida y hacer en y desde la Palabra de Dios. Tenemos mucha ignorancia bíblica. Y muchos creyentes judíos y de otras Iglesias nos llevan ventaja en esto. Somos poco “degustadores” de la Biblia. No la CONOCEMOS realmente. Tenemos mucha “fe del carbonero” (que es valiosa y básica) pero no tenemos Fe ilustrada, que no es lo mismo que Fe “intelectual” ni sabionda. Nuestra Fe es bastante inmadura, superficial, sensiblera, no sólida, y no dependiente siempre de LO ESENCIAL.
  3. Tenemos muchas devociones y prácticas religiosas. Y rezamos muchas oraciones compuestas por humanos, creyentes. Sin tener en cuenta que en las Sagradas Escrituras están las MISMAS PALABRAS DEL MISMO DIOS, PARA REZAR CON ELLAS. Como los Salmos, Cánticos y cada versículo de cada Libro. ¡No necesitamos “fabricar” tantos rezos nuestros! Recemos con y desde la Palabra de Dios. ¡PONGAMOS NUESTRA VOZ, NUESTRO PENSAMIENTO, NUESTRO CORAZÓN, A LA “VOZ” DE DIOS HABLANTE!
  4. Estamos ya en la CUARESMA: tiempo intensamente PRIVILEGIADO de Gracia, Perdón, Misericordia, Arrepentimiento, Conversión, Liberación interior, soledad, silencio, Penitencia, Oración, Ayuno y Caridad. ¡¡Qué mejor compañera y guía en este proceso, peregrinaje espiritual y existencial (personal y eclesial) que “rumiar”, amar, gustar, encarnar y vivir la PALABRA DE DIOS!! La Cuaresma es un “kayrós” que el Señor nos regala para zambullirnos en SU PALABRA. Todos los textos bíblicos cuaresmales son de una riqueza, hondura e intensidad maravillosas. No tienen desperdicio, día a día. Nos hacen contemplar e internalizar toda la Historia de la Salvación, desde la Creación hasta la Transformación y Plenitud del Apocalipsis. ¡La “peregrinación” humana y salvífica que vivimos en la Cuaresma, está latiendo en cada párrafo y versículo de los textos bíblicos!
  5. En relación con lo dicho recién, y enlazado con los otros puntos, elegí este Documento porque lo valoro muy apropiado para los tiempos tan difíciles, dolorosos y peligrosos del CORONAVIRUS (COVID 19) que tanta tragedia y sangría está dejando en todo el mundo y la Humanidad, para hoy y de cara al futuro. En las Sagradas Escrituras NO hallamos recetas, sino respuestas, y sentidos. Los creyentes podemos hallar en la PALABRA DE DIOS todo aquello que nos alimente, consuele y fortalezca en tanta hora trágica. Aún más, nuestra alma no hallará allí un “por qué”, seguramente, pero sí encontrará un “para qué” personal, social y eclesial en todo esto del CORONAVIRUS. En la Palabra de Dios podremos entender y asumir que: “TIEMPOS DIFÍCILES, TIEMPOS DE SANTOS”. El dolor y la muerte son siempre injustos e incomprensibles, más aún cuando lastiman y arrasan inocentes y débiles, desprotegidos e indefensos; el dolor y la muerte no tienen explicaciones valederas ni suficientes en lo racional. Jamás. Por eso, necesitamos que se nos “abra el entendimiento” y qué mejor, seguro y amoroso, que sea DIOS el que lo haga, con y en su Palabra y en el ser y la vida de cada uno de nosotros. Solamente así podremos tener otros “resortes”, “bisagras”, “postes”, para sustentarnos “desde dentro” de nosotros mismos ¡porque es DIOS mismo quien obra! en toda esta tragedia del CORONAVIRUS.

Estas son las razones por las que hoy analizo este Documento breve, sencillo, bello, profundo, esperanzador, rico y ecuménico del Papa Francisco. Con la certeza de que lo que él nos propone no tiene que ser solamente un día al año, una vez al año, dedicados a la PALABRA DE DIOS. Más bien se trata de una vez PARA todo el año, para tomar conciencia y crecer en la necesidad de tener familiaridad e intimidad con las SAGRADAS ESCRITURAS. Y esa es una propuesta e invitación desde hoy para cada día y para siempre.

Aclarado lo aclarado, aludo ahora a contenidos esenciales del Papa Francisco en este Documento:

  • La relación entre el Resucitado, la comunidad de creyentes y la Sagrada Escritura es intensamente vital para nuestra identidad. Si el Señor no nos introduce, es imposible comprender en profundidad la Sagrada Escritura. (nº 1).
  • San Jerónimo escribió con verdad: “La ignorancia de las Escrituras es ignorancia de Cristo”. (nº 1). Lo cual me recuerda mucho a lo que afirmaba el Papa San Paulo VI: “La ignorancia es el mayor enemigo de la Fe”. Y también al decir de un sacerdote muy mayor: “Católico ignorante, futuro Protestante”. A todo lo cual yo, humildemente, agrego que “sólo se ama lo que se conoce”.
  • El Papa recuerda y refuerza a la valiosa y sólida Constitución Dogmática “Dei Verbum”, del Concilio Vaticano II, dedicada a la Palabra de Dios como Revelación Divina, y como Fundamento de la Fe y vida de la Iglesia. También destaca al Papa Benedicto XVI, con su Exhortación Apostólica “Verbum Domini”, en la cual se resalta el carácter SACRAMENTAL de la PALABRA DE DIOS, análogo con la PRESENCIA REAL DE CRISTO EN LA EUCARISTÍA (nº 56 de VD). Por todo esto, nunca debe faltar en la vida del Pueblo de Dios la presencia y relación con la Palabra viva que el Señor constantemente dirige a su Iglesia y habla con Ella. (nº2).
  • La centralidad y esencialidad de la Palabra de Dios no debe ser exaltada y celebrada en el DOMINGO DE LA PALABRA DE DIOS exclusivamente, sino que también debe ser DIARIA: su lectura, profundización, oración con Ella y cultivando particularmente la LECTIO DIVINA. La pedagógica, didáctica, catequética, contemplativa, rumiante, transformadora, bella y amante ¡Lectio Divina! (nº 3).
  • Más adelante, el Papa recuerda que la Biblia no puede ser sólo patrimonio de algunos, y mucho menos una colección de libros para unos pocos privilegiados. Pertenece, en primer lugar, al Pueblo convocado para escucharla y reconocerse en esa Palabra: la Biblia es el libro del Pueblo del Señor. Une a los creyentes y los convierte en un solo Pueblo. (nº 4).
  • Entonces, el Papa comienza a precisar las responsabilidades, misiones, carismas y recursos eclesiales y pastorales, ordenados a: explicar al Pueblo de Dios la Palabra, y permitir que todos entiendan las Sagradas Escrituras. Y entonces puntualiza a los Pastores, la homilía y a los catequistas. (nº 5).
  • Al referirse a la homilía, recuerda que ésta tiene una función peculiar, porque posee un carácter cuasi sacramental: ayudar a profundizar en la Palabra de Dios, con un lenguaje sencillo y adecuado para el que escucha, le permite al sacerdote mostrar también la “belleza de las imágenes que el Señor utilizaba para estimular a la práctica del bien”. NO SE DEBE DESAPROVECHAR LA OPORTUNIDAD DE LA HOMILÍA, porque también para muchos es la única oportunidad que tienen para captar la belleza de la Palabra de Dios y verla relacionada con su vida cotidiana. De ahí que el Papa puntualiza claramente que: es necesario dedicar el tiempo apropiado para preparar la homilía. No se debe improvisar el comentario de las Lecturas sagradas. Y, a modo de cuasi chascarrillo, el Papa pide a los predicadores el esfuerzo de no alargarse desmedidamente con homilías pedantes o temas extraños. Se trata de hablar con el corazón para alcanzar el corazón del otro, expresando LO ESENCIAL, para que se comprenda y dé fruto. (nº 5).

“Que nunca nos cansemos de dedicar tiempo y oración a la Sagrada Escritura, para que sea acogida “no como palabra humana, sino, cual es en verdad, como Palabra de Dios” (1ª Tes. 2, 13).

  • Recordando el relato de los discípulos camino de Emaús (Lc. 24, 13-35), el Papa nos recuerda la ceguera de su necedad y torpeza al no reconocer a Jesús resucitado. Frente a ello, por las PALABRAS reveladoras de Jesús, y por la fracción del pan (EUCARISTÍA) reconocen su Persona. De esta manera, Cristo es el primer exegeta. (nº 6).
  • Como consecuencia de ello, nos reafirmamos en que JESUCRISTO es el Centro, la Fuente y el Culmen de toda la Revelación Divina, manifestada en plenitud en su Misterio Pascual de Pasión, Muerte y Resurrección. ¡Y ello lo encontramos en la PALABRA DE DIOS! ¡CRISTO ES LA PALABRA REVELADORA, LA QUE HABLA DE DIOS A LOS HOMBRES, PORQUE ÉL ES DIOS HECHO HOMBRE! Toda la Vida Litúrgica de la Iglesia nace, vive y se alimenta de este Misterio. La escena de Emaús nos hace comprender el inseparable vínculo entre la SAGRADA ESCRITURA y la EUCARISTÍA, por ello, en consonancia con el Concilio Vaticano II, la Iglesia debe VENERAR la PALABRA DE DIOS ASÍ COMO VENERA LA EUCARISTÍA: Mesa de la Palabra y Mesa del Cuerpo y Sangre de Jesucristo. La SAGRADA ESCRITURA y los SACRAMENTOS no se pueden separar, ya que la PALABRA ilumina al SACRAMENTO y así se da la plena manifestación de la presencia y acción de Jesucristo. (nº 8).
  • A continuación, el Papa despliega la Teología de la inspiración divina de los textos sagrados. LA SAGRADA ESCRITURA ESTÁ INSPIRADA POR DIOS: éste es EL fundamento del que emergen la FINALIDAD SALVÍFICA, la DIMENSIÓN ESPIRITUAL y el PRINCIPIO DE LA ENCARNACIÓN DE LA SAGRADA ESCRITURA. Para hacerlo, se basa en la DEI VERBUM y en SAN PABLO, y así desarrolla que:
  1. La Biblia no es una colección de libros de historia ni de crónicas, sino que está totalmente dirigida a la SALVACIÓN INTEGRAL DE LA PERSONA. Es una HISTORIA de SALVACIÓN. De ahí su DIMENSIÓN ESPIRITUAL. Y ello requiere la presencia y acción del ESPÍRITU SANTO, sin el cual existe el riesgo de permanecer encerrados en el mero texto escrito, facilitando una interpretación fundamentalista, de la cual hay que alejarse para no traicionar el carácter INSPIRADO, DINÁMICO y ESPIRITUAL QUE EL TEXTO SAGRADO POSEE. (nº 9).
  2. La acción del ESPÍRITU SANTO NO ES SÓLO “EN LA INSPIRACIÓN” DE LA SAGRADA ESCRITURA y DE SUS AUTORES. Afirmar esto sería reductivo, porque equivaldría a limitar el ser y acción de esta PERSONA TRINITARIA. El Espíritu divino continúa su acción, en y por la Iglesia. Debemos confiar y tener Fe en esto. Una confianza y Fe en que el ESPÍRITU SANTO sigue realizando una PECULIAR FORMA de INSPIRACIÓN cuando la IGLESIA enseña la SAGRADA ESCRITURA y cuando el MAGISTERIO la interpreta auténticamente, y cuando cada creyente hace de ella su propia norma espiritual. ¡Por eso es tan importante la Formación bíblica, la oración y la Lectio Divina! (nº10).
  3. Al desplegar estos temas, como era de prever, el Papa llega al punto de la Tradición, y la reafirma como que también “es Palabra de Dios”. Sabemos que existe el riesgo de separar la SAGRADA ESCRITURA de la TRADICIÓN, cuando sabemos y debemos comprender cada vez más que JUNTAS FORMAN LA ÚNICA FUENTE DE LA REVELACIÓN: el carácter escrito de la PALABRA no le quita nada ser plenamente Palabra VIVA, lo cual implica que la PALABRA ANTES DE CONVERTIRSE EN TEXTO ESCRITO, SE TRANSMITIÓ ORALMENTE y SE MANTUVO VIVA POR LA FE DE UN PUEBLO QUE LA RECONOCÍA COMO SU HISTORIA y SU PRINCIPIO DE IDENTIDAD EN MEDIO DE MUCHOS OTROS PUEBLOS. La FE BÍBLICA SE BASA EN LA PALABRA VIVA, NO EN UN LIBRO. LA SAGRADA ESCRITURA FUE ANTES y PRIMERO, VIDA, y LUEGO TEXTO ESCRITO. Por eso la verdad esencial del CARÁCTER “ENCARNACIONISTA” de la PALABRA DE DIOS (nº 11).
  4. Por todo esto es que la SAGRADA ESCRITURA es y se lee y se vive como atemporal, y permanece siempre nueva. Por eso no es rígida ni hermética. Todo el texto sagrado tiene así un dinamismo “actualizante”, PROFÉTICO: no se refiere al futuro sino al presente de aquellos que se nutren de esta PALABRA. Es un BÁLSAMO, por eso el Papa habla de la “DULZURA DE LA PALABRA DE DIOS”, que nos impulsa a compartirla con quienes encontramos en nuestra vida para manifestar la certeza de la esperanza que contiene; y también es AMARGURA, porque se percibe frecuentemente la dificultad que tenemos para vivirla coherente y fielmente, o porque experimentamos sufrientemente su rechazo porque no es considerada válida para dar sentido a la vida. Para no “mal acostumbrarnos” a estas experiencias y rutinas, conviene justamente NO ACOSTUMBRARSE A LA PALABRA DE DIOS, sino nutrirse de ella para descubrir y vivir en profundidad nuestra relación con Dios y con nuestros hermanos. (nº 12).
  • Luego el Papa hace referencia a una consecuencia y esencia de la Palabra de Dios: la CARIDAD. Recuerda que la Biblia nos señala constantemente el AMOR MISERICORDIOSO del PADRE que pide a sus hijos que VIVAN EN LA CARIDAD. El Papa recurre a la parábola del pobre Lázaro para ejemplificar: la vida de JESÚS es la expresión plena y perfecta de este amor divino que no se queda nada para sí mismo, sino que se ofrece a todos incondicionalmente. Por eso: escuchar la SAGRADA ESCRITURA PARA PRACTICAR LA MISERICORDIA. LA PALABRA DE DIOS NOS IMPULSA A AMAR. AMAR CON MISERICORDIA, SALIENDO DEL INDIVIDUALISMO QUE NOS ASFIXIA y ESTERILIZA. AMAR PARA COMPARTIR y SER SOLIDARIOS. (nº 13).
  • La TRANSFIGURACIÓN: está íntimamente unida a lo que es la SAGRADA ESCRITURA. La TRANSFIGURACIÓN de JESÚS a sus discípulos es similar a la SAGRADA ESCRITURA, que SE TRASCIENDE A SÍ MISMA CUANDO ALIMENTA LA VIDA DE LOS CREYENTES. Ambas son PRESENCIA del SEÑOR, SON MISTERIO y REVELACIÓN. Y, como dice el Papa Benedicto XVI en la “Verbum Domini”: “Para restablecer la articulación entre los diferentes sentidos escriturísticos es decisivo comprender el PASO de la LETRA al ESPÍRITU. NO SE TRATA DE UN PASO AUTOMÁTICO y ESPONTÁNEO; SE NECESITA MÁS BIEN TRASCENDER LA LETRA” (VD nº 38). Queda claro así que es imprescindible y esencial, ante el TEXTO ESCRITO, siempre “ir más allá”. (nº 15).
  • Finalmente, el Papa termina este Documento hablando de la VIRGEN MARÍA. Exaltando a la Bienaventurada como CREYENTE EN LA PALABRA DE DIOS, como FIEL CUMPLIDORA de ESA PALABRA, porque reúne, frente al DIOS que se le revela y le habla: su POBREZA, su ESCUCHA, su FE, su DOCILIDAD, su CONFIANZA, su ACEPTACIÓN, su FIDELIDAD, su CUIDADO, y su OBEDIENCIA. Junto con su pre destinación MARÍA es la OYENTE y FECUNDA ARCA de la PALABRA de DIOS, ¡¡al punto tal que DIOS SE HIZO HOMBRE EN ELLA!! (nº 15).

… “mi madre, a quien habéis calificado de feliz, es feliz precisamente porque custodia la Palabra de Dios; no porque en ella la Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros, sino porque custodia la Palabra misma de Dios mediante la que ha sido hecha y que en ella se hizo carne”.

(“Tratados sobre el Evangelio de Juan, 10,3”, de San Agustín).

2 comentarios en “CARTA APOSTÓLICA «APERUIT ILLIS»”

  1. Adriana Heredia

    Interesante, educativo y para «rumiar» la Carta Apostólica del Papa, ya sea en la introducción planteada como así también en su texto, aún más en este tiempo de cuaresma, donde debemos mirarnos hacia adentro y descubrir la grandeza y misericordia que Dios para con nosotros.

    1. La CUARESMA es un tiempo MUY preciso, intenso, apropiado, fecundo, bendito y lleno de GRACIA para entregarse a las buenas y ricas lecturas.
      Por eso dedico publicaciones (=ENTRADAS) muy sustanciosas en lo espiritual y eclesial en esta CATEGORÍA de mi Blog.
      Y esta Carta Apostólica es una de esas fuentes a las que acercarse para «abrevar» y «rumiar».

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