¡JESÚS cura al ciego de nacimiento!
¡JESÚS CURA NUESTRAS TANTAS CEGUERAS!
“Sé firme en tu Fe, corazón mío, que ya amanecerá.
La semilla de la promesa está en lo hondo de la tierra, y brotará un día.
Como un capullo, el sueño abrirá su corazón a la Luz y hallará su voz el silencio.
¡Ya viene el Día en que tu carga se ha de volver tu regalo, en que tu martirio te irá alumbrando la senda”.
Por ello, queridos lectores: seguimos peregrinando, y “pedaleando” con JESÚS, en este ejercicio penitente, purificador, orante y esperanzador de la CUARESMA, porque sabemos que SUBIMOS a Jerusalén… hacia las entrañas del Misterio Pascual… para celebrar y vivir la Pasión y Muerte Redentoras del SALVADOR del Mundo y del Hombre… y su ¡RESURRECCIÓN!…: la ¡PASCUA!… ¡Ultreia!…
“No temas, siervo mío, mi cariño, mi elegido;
voy a derramar agua sobre lo sediento y torrentes en el páramo”…
(Isaías 44, 2-3).
Hasta la próxima, amigos.