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“STABAT MATER”
Ante la cercanía ya tan próxima de la celebración del MISTERIO PASCUAL DE JESUCRISTO –con la SEMANA SANTA y el DOMINGO DE RESURRECCIÓN a nuestras puertas- os regalo -como final de estas publicaciones que he compartido con vosotros en esta CUARESMA- una oración MUY especial y MUY rezada por nosotros, los creyentes:
¡¡¡el SALMO 22!!!
Este Salmo es uno de los más conocidos, rezados y más populares de las Sagradas Escrituras. Con un infinito contenido-mensaje-“universo interior”, es también de una belleza lírico-poética y humana exquisitas, preciosas e incalculables. Difícilmente haya alguien que no lo conozca o no lo haya rezado, por voluntad propia o por circunstancias múltiples en las que se recurre a este maravilloso, cercano y “tocante” Salmo.
No haré, en esta publicación, una exégesis bíblico-teológica de él. No es lo que me ocupa ahora. Lo he elegido, como colofón de estas publicaciones, porque también es un Salmo muy presente en la oración y la Liturgia de la Iglesia a lo largo de la Cuaresma, la Semana Santa y el Triduo Pascual.
DIOS, como PASTOR de su pueblo, es un tema recurrente en las Sagradas Escrituras. El pastoreo era una realidad y experiencia muy concreta y cercana para el israelita. JESÚS también habla de esto y se autodefine y autoproclama como ese PASTOR que CUIDA sus OVEJAS y DA LA VIDA POR ELLAS. Aquí es donde encaja el CRISTO PASTOR con y en este Tiempo Litúrgico que estamos viviendo, y con ese MISTERIO PASCUAL que pronto celebraremos y viviremos.
Así como –ahora- no me ocuparé de la exégesis y teología de este Salmo, tampoco me explayaré en su vigencia, importancia y riqueza, en la Cuaresma y Semana Santa-Triduo Pascual. Decido esto hacerlo así porque no quiero –con días tan santos, intensos y fecundos de por sí- poner mi palabra por sobre la potencia, hondura y riqueza de la Palabra de Dios en y por sí misma. Prefiero que sea el SEÑOR quien os hable… y quien rece en y con vosotros…
Solamente os pido y recomiendo algo: leed, rezad, celebrad y “rumiad” interiormente este Salmo 22, con la misma actitud, sentimientos, cosmovisión e intenciones con las que rezamos los Salmos anteriores. No lo olvidéis. Y hacedlo en el marco, motivación y espíritu de ese CRISTO PASTOR, AMANTE DEL HOMBRE HASTA EL INFINITO COLMO DE DAR SU VIDA y RESUCITAR. ¡¡ÉL ES EL BUEN PASTOR!! ¡¡ÉL ES EL ÚNICO PASTOR!! Por eso, nosotros –sus OVEJAS- no debemos temer nada ni a nadie. Este CRISTO PASTOR HA RESUCITADO y VIVE CON, POR, EN y PARA CADA UNO DE NOSOTROS, LOS SERES HUMANOS. PARA SIEMPRE. ETERNAMENTE.
¡¡No tengamos miedo!! Vivamos en confianza, esperanza y alegría.
Y CON LA ¡¡VIRGEN MATER DOLOROSA!!
SALMO 22 (23)
“El Señor es mi Pastor, nada me falta: en verdes praderas me hace recostar; me conduce hacia fuentes tranquilas y repara mis fuerzas; me guía por el sendero justo, por el honor de su Nombre.
Aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque Tú vas conmigo: tu vara y tu cayado me sosiegan.
Preparas una mesa ante mí, enfrente de mis enemigos; me unges la cabeza con perfume, y mi copa rebosa.
Tu bondad y tu misericordia me acompañan todos los días de mi vida, y habitaré en la casa del Señor por años sin término”.
Os deseo a todos una fecunda, oyente, contemplativa, silenciosa y serena SEMANA SANTA y TRIDUO PASCUAL, para encontrarnos en la PASCUA DE RESURRECCIÓN DE JESUCRISTO.
Hasta la próxima, amigos.