“La música aplaca las fieras” (dice un refrán)…
Hay demasiada neurosis, patologías, y maldad en nuestra Humanidad y mundo actuales… y desde hace ya mucho tiempo… Arrastramos un lastre y llagas de males, errores, desastres, tragedias, iniquidades, horrores, barbaridades, masacres, excentricidades… y tanta superficialidad y vacío… Hay demasiada indiferencia, insensibilidad, crueldad, individualismo, pragmatismo, materialismo… y ¡tantos “ismos” que castran y matan al ser humano como persona!… ¡Cuánto y cómo nos alejamos –parece que cada vez más- de esa DIGNIDAD de ser PERSONA, que tenemos y que nos permite, esencial y existencialmente, tener el REGALO para GOZAR y SERVIR con y desde nuestra RAZÓN, LIBERTAD y AMOR!
He comenzado con esta breve reflexión, porque suelo pensar que, en la raíz de esos males y tragedias, está el que hemos perdido esa SENSIBILIDAD por lo que yo llamo el “ALGO MÁS”, el “MÁS ALLÁ”, que no es sólo lo religioso ni el pertenecer a un grupo religioso (lo incluye, pero no es sólo eso), sino esa capacidad de APERTURA a LO ESPIRITUAL, LO TRASCENDENTE, y el ARTE, y concretamente: la MÚSICA, entra aquí.
Me explico más: Esa SENSIBILIDAD y APERTURA a las que me refiero, esa CAPACIDAD de MARAVILLARTE, te aportan y enriquecen con VALORES que no son tangibles, que son ESPIRITUALES. No creo que haga mucha falta que explique esto, en referencia concreta al ARTE, y puntualmente a la MÚSICA. Tanto uno como la otra, nos abren y hacen experimentar y sentir –en nuestra mente, corazón, alma y “piel”- un torrente de sensaciones, sentimientos, vivencias… que suelen desbordarnos y que no sabemos explicar. Nos trascienden, nos llevan “más allá”, nos “transportan”, justamente porque apelan a nuestra INTERIORIDAD, a nuestra INTIMIDAD, a nuestra ESPIRITUALIDAD. En síntesis: a lo más propio, profundo, sólido y ricamente HUMANO que tenemos como PERSONAS. Por ello es que: ¡nos alegramos, nos emocionamos, nos sentimos felices!
Hay “cosas”, amigos míos, que sólo el ARTE provoca…
¡Oh, sublime ARTE! ¡Oh, divina MÚSICA! ¡Oh, BELLEZA!
¿Por qué aludí, al comienzo, a eso de que la música aplaca a las fieras?… Porque nosotros, los humanos, tenemos también una parte de naturaleza animal –y dado cómo está el mundo hoy, diría que demasiado descontrolada: se nos “soltó la cadena” animalesca-, y por esa escasez o ausencia o negación de ESPIRITUALIDAD y TRASCENDENCIA, nos estamos EMBRUTECIENDO cada vez más… ¡hasta en ciertas manifestaciones culturales, y artísticas!… Estamos empobreciendo –y alejándonos- de nuestra ESENCIA y DIGNIDAD elevadas, que nos constituyen en, y como, PERSONAS.
Esa es la razón, por la que siempre –creo humildemente- siempre conviene volver a lo CLÁSICO, y a los CLÁSICOS. A esa MÚSICA y a esos MÚSICOS y sus Creaciones que han traspasado los siglos y fronteras, que son atemporales, universales, y Patrimonio de todos. Porque, en esa Música, y en esos Músicos, está comprimida y expresada –en torrente y cataratas- esa EXQUISITA SENSIBILIDAD y ELEVADA ESPIRITUALIDAD, que nos regala PAZ, ALEGRÍA y todas las SENSACIONES y SENTIMIENTOS propios de la condición humana: ¡PARA MARAVILLARNOS!
En la llamada MÚSICA CLÁSICA, somos ELEVADOS y APACIGUADOS y cargados de INTENSIDAD EMOTIVA. Sus piezas musicales nos “tocan”, nos conmueven, nos emocionan, y no solamente nos gustan.
Además, son un prodigio de un GENIO-MAGO-DIOS, cuya “arquitectura” o “ingeniería” de la abstracción del sonido, convertido éste –milimétricamente- en pentagramas y partituras, es capaz de CREAR un universo de compases, movimientos, sinfonías… Es alguien que –casi como Dios- de la nada, crea, hace ser a algo. Y eso creado, trasciende ya el tiempo y el espacio. Lo abstracto se convierte en “coreografía” de los sonidos, que llenan el alma.
Me diréis, quizás, que los Hombres de hoy también oyen mucha música. Y no lo contradigo. Es más: ¡con todos los medios, avances y facilidades que hay actualmente para acceder a la música, sería absurdo negarlo! Pero me planteo esto: esa música que se oye… ¿SE ESCUCHA?… ¿SE DISFRUTA?… O…: ¿no será que este Hombre actual que oye mucha música… SE ATURDE… SE EVADE…?… Porque seamos sinceros: ¡qué de “RUIDO” hay hoy! ¡qué “RUIDOSO” es el Hombre contemporáneo! ¡Cómo y cuánto le gusta el “RUIDO”!… Pues bien, no olvidemos esta sentencia, que encierra una verdad como un puño: “La música, aplaca a las fieras”.
¡Y hay ya demasiadas FIERAS en esta Humanidad…, y dentro de cada uno de nosotros mismos!…
¿Para qué es esta Publicación de hoy, en este DOMINGO en que comenzamos el TIEMPO DE ADVIENTO… peregrinando hacia la NAVIDAD?… Un Tiempo de PAZ, AMOR y ENCUENTRO.
Pues bien: ¡qué mejor que hacerlo acompañados de MÚSICA! ¡Qué mejor que ir caminando hacia esa Magna celebración religiosa, familiar, popular y tradicional universal, que al COMPÁS de acordes!
Si os place, os invito a que abonéis vuestra lectura, con otra Publicación mía, acá en mi BLOG (y que está también en mi Página Especial –del Facebook-: “Outlander BalfeyHeugham”), que se titula: “DO RE MI FA SOL LA SI DO”… En ella me explayo bien y con más profundidad, sobre qué es la MÚSICA, sobre todo desde lo artístico, y antropológico-cultural y social, y su rica relación e influencia en el CINE también. Ahí tenéis ese Artículo publicado, os lo regalo.
Y os regalo también esta JOYA que descubrí y disfruté, a raudales, la semana pasada, en TV: se trata de una PELÍCULA CONCIERTO, de tan sólo 34 minutos. Su DIRECTOR es: CHRISTOPHE BOULA. Este film es de 2016, pero el Concierto filmado, es de julio de 2015.
Dicha gema musical se titula:
KHATIA BUNIATISHVILI AND ZUBIN MEHTA: LISZT & BEETHOVEN.
Sé sobradamente que, el sólo nombre de un Grande como MEHTA, ya impone calidad y nivel. Pues es así, una vez más. ¡Hasta los Ángeles se sentirían alagados bajo la batuta de este Maestro! Inspira serenidad y confianza. Y una bondad propia de las personas humildes y sabias.
La joven pianista, una verdadera ¡maravilla! Yo ya la conocía. La había visto en otro Concierto, pero esta vez contemplé que ya es una sola amalgama con el piano. ¡Lo hace hablar y sentir! ¡Es como que “borda” una coreografía con él…!…
En este Concierto –que uno querría que no acabara nunca-, ambos fueron acompañados por la FILARMÓNICA DE ISRAEL, y la actuación fue en Tel Aviv.
Entre las Piezas Musicales, maravillas de VIVALDI, MOZART, BEETHOVEN…
Sinceramente, fue una de las más placenteras, bellas y felices media hora que he tenido –últimamente- en mi ajetreada vida. Por eso, os recomiendo esta JOYITA. ¡Buscadla! Estar, está.
¡Hágase la Música!…
Hasta la próxima, amigos.