“¡Oh, almas criadas para estas grandezas y para ellas llamadas!
¿Qué hacéis? ¿En qué os entretenéis?
Vuestras pretensiones son bajezas y vuestras posesiones miserias.
¡Oh, miserable ceguera de los ojos de vuestra alma, que para tanta luz estáis ciegos, y para tan grandes voces sordos, no viendo que, en tanto que buscáis grandezas y gloria, os quedáis miserables y bajos,
de tantos bienes hechos ignorantes e indignos!”
(San Juan de la Cruz).
No sé si conviene que haga algún comentario o aporte algún análisis a tan magistrales, contundentes y sabias palabras, además de tan bellamente escritas, con ese estilo solamente propio de los Poetas de la Mística Española.
En otra Publicación mía, acá en mi BLOG, ya hice una aportación y acercamiento a esto de la maravilla y tesoro –literario y espiritual-, de la POESÍA MÍSTICA de y en SAN JUAN DE LA CRUZ (si deseáis, buscadla).
En esta ocasión, os diré que ¡tantos han creído, y creen, que estas personas viven fuera de la realidad, como en otro mundo, y desconectados! No hay nada más equivocado al respecto. Cada vez me convenzo más, que los MÍSTICOS nunca jamás se evaden de la realidad ni de los demás, no se descarnan ni desarraigan, más bien al contrario. Por y con su cosmovisión y experiencia espiritual, alcanzan una percepción, penetración, comprensión, clarividencia, asunción y encarnación –respecto a la realidad y los demás-, sorprendentemente objetiva, libre, global, realista, humana y comprometida. Si hay algo que los caracteriza, siempre, a todos ellos, es que nunca jamás se evaden. A lo largo de la Historia (y no sólo de la Iglesia), sus compromisos concretos son vitales y transformadores. Y SAN JUAN DE LA CRUZ es uno de esos ejemplos.
Por último, agregaré que: ¡cuánto de actualidad y universalidad tienen estos versos suyos! Y…¡son del Siglo XVI…!…
Al leer y meditar estos versos, parece que recorremos una radiografía del Hombre de todos los tiempos: ¡qué y cuánta necedad! ¡qué PAVO REAL! Y parece como si, también, contempláramos el esperpéntico espectáculo del Hombre actual…
Sí, queridos lectores míos: HOMBRE ACTUAL. Digo así, en sentido genérico, porque podemos correr el riesgo de mirar al vecino, o mirar para otro lado, o culpar a otros, o decir la tan famosa frase (y ya tan generalizada): “si yo no peco, yo no le hago mal a nadie”, o pensar que esa mediocridad, bajeza, miserabilidad humana, etc. etc. etc., es sólo de y para los “de arriba”, los poderosos, los del gobierno, los ricos, los políticos, los empresarios… etc. etc. etc… Supongo que me entendéis.
HOMBRE ACTUAL: TODOS. TAMBIÉN YO. Bastantes PAVOS REALES, algunos más y otros menos, y otros más o menos. Pero TODOS entramos dentro de este reproche del Santo Místico San Juan de la Cruz que, verdaderamente, nos tendría que cuestionar, y hacer temblar, tiritar, no solamente como cristianos, sino también como PERSONAS, SERES HUMANOS. Es que, amigos:
¡cómo y cuánto REINA la MEDIOCRIDAD, el CONFORMISMO, la NO EXIGENCIA y la CHATURA hoy!
¡hay que ESPABILAR!
¡SOMOS PERSONAS. NO PAVOS REALES!
No sé vosotros. Pero a mí, estas palabras del Santo: me traspasan y me motivan. Me mueven y mueven y mueven a la CONVERSIÓN. Por eso las elegí para compartir con vosotros, porque me parecieron muy adecuadas para la ¡CUARESMA!…
Hasta la próxima, amigos.