PELÍCULA: «EO». (2022).

Una ¡increíble y maravillosa! fábula y parábola humano-animal.

¡Qué PELÍCULA!

¡Honra realmente a JUAN RAMÓN JIMÉNEZ!

El anciano talentoso, y de mucho prestigio en el mundo del CINE: ¡JERZY SKOLIMOWSKI, polaco de pura raza!, volvió a regalarnos otra de sus JOYAS fílmicas. Se puso al frente de este ¡absolutamente original y creativo proyecto!, como DIRECTOR, PRODUCTOR y también creador del GUIÓN.

Los que amamos el CINE, quedamos alucinados y transportados, por este prodigio de ¡filmar con un burro!; que ¡un burro sea el protagonista principal, sin recurrir a los dibujos animados, ni a la ficción infantil ni meramente recreativa! ¡Hacer de él –y de la naturaleza, en todo lo que ella es-, los testigos y personajes esenciales de la historia, y de la estructura del relato y la trama! Y realizar esto: ¡como PELÍCULA de FICCIÓN, y NO como un DOCUMENTAL! ¡Increíble lo que logra este polaco!

Esta película es un drama, intenso y entrañable, que conlleva planteos MUY profundos para nosotros, los seres humanos. No sólo, en-con-por nuestra relación y comportamientos, con los animales y la Creación toda, sino que se yergue también como una metáfora humana: cómo somos, sobre todo en la convivencia entre nosotros –las PERSONAS-, entre nosotros, con los otros, con nosotros mismos… No es un film estricta, exclusiva y excluyentemente “ecologista”, que sólo nos hable de la dedicatoria que SKOLIMOWSKI coloca en los créditos finales: “el amor a los animales y a la naturaleza”. En el CINE de este GRANDE, siempre ¡todo! lo que contemplamos en sus películas, contiene “algo más”, y muy ligado eso a la CONDICIÓN HUMANA y cómo ésta es vivida.

La película es en lengua polaca, aunque presenta subtítulos. Pero, en este punto, deseo destacar que, casi no hay palabras ni diálogos: ¡poquísimo de todo esto! ¡lo justamente estricto y necesario! Porque la esencia de este film está, y pasa, en y por su ¡LENGUAJE AUDIOVISUAL CINEMATOGRÁFICO!: ¡es un verdadero ESPECTÁCULO AUDIOVISUAL, de IMÁGENES y SONIDOS, y una NARRATIVA que desborda –como catarata- de EMOCIONES y SENSACIONES! En base a ello, SKOLIMOWSKI construye un GUIÓN ¡muy original y creativo! Sólo alguien con MUCHO talento, profesionalidad, experiencia y sensibilidad, puede crear esto así.

Este film pasó desapercibido en las salas “comerciales” de cine. ¡Qué vergüenza! ¡Otra más! Pero os debo recordar que, además de obtener el “PREMIO del JURADO en CANNES” (2022), recibió la valoración y aplauso de la crítica, en todo el mundo; además de múltiples otros galardones y Nominaciones importantes. No es una película más, de ésas que “pasan”.

El personaje-protagonista principal es el BURRO “EO”, interpretado por varios ¡entrañables burritos! Pero “EO”, también es metáfora y símbolo de un ¡sinnúmero de temas, matices y realidades! Su vida es como un verdadero peregrinar, y como un espejo de cómo somos y obramos las personas. Lo vemos, seguimos y sentimos en sus diversas experiencias: en ese cosmos que es el circo; viviendo-sufriendo la explotación y tortura animal: la cosificación y posesión meramente utilitaria, que hacen de él (y de otros animales); las marcadas diferencias “raciales-sociales” con los caballos, con todos sus contrastes y opuestos: cuidados y valoración esmeradas de los equinos vs. marginación, indiferencia, humillación y desvalorización del burro: ¡por ser burro! También, vamos palpando y palpitando el universo sensorial-sensible-afectivo de EO, que es un animal, pero que experimenta miedos, sentimientos, curiosidades, luchas y estados de ánimo.

A este respecto, voy a hacer aquí una apreciación que, humildemente creo, es MUY importante y necesaria: SKOLIMOWSKI no cae, en ningún momento, en un discurso ANIMALISTA, a modo ideológico-político-partidista. ¡De ninguna manera! Dice en su dedicatoria del film: “por amor a los animales y a la naturaleza”. ¡Aplausos de mi parte!, pero nunca cae en la demagogia ideológica, manipuladora, de elevar-valorar, al BURRO, más allá y más elevado, de lo que éste es. Este polaco, no cae en un Panteísmo ni en una idealización ni en una suerte de mitificación-sobrenaturalización-divinización, de nuestro burrito, ni de los otros animales que nos regala en sus secuencias fílmicas. SIEMPRE SON ANIMALES, y APARECEN COMO TALES. Sus experiencias –en lo sensorial-sensible-afectivo-, son conformes a su naturaleza animal: con sensibilidad. Pero jamás, todo eso es percibido, sentido, asimilado y vivido –ni expresado en el film-, como seres RACIONALES: NO lo son. Somos los SERES HUMANOS, que somos PERSONAS, los únicos que estamos dotados de esa RACIONALIDAD-ESPIRITUALIDAD, que nos permiten percibir, sentir y vivir esas experiencias, con “ALGO MÁS” que la sensibilidad y lo sensorial animal. ¡Somos ESPÍRITU ENCARNADO! De ahí nuestra gran responsabilidad frente a seres, como EO, y frente a TODA la Creación, y a todos los demás. EO, por ejemplo, es incapaz de torcer su destino: es llevado siempre, transportado, “manejado”. Los HOMBRES sí tenemos –por el don de la LIBERTAD y VOLUNTAD-, la capacidad de DECIDIR, OPTAR, y hasta de PODER TORCER NUESTRA SUERTE. Los animales y EO: NO. Y a la vista está, esa secuencia final de él, a la cual aludiré más adelante.

Por ende, amor, respeto y cuidado por los animales: ¡por supuesto que sí! Pero no caigamos en tonterías ni excesos, que nos desubiquen de LO ESENCIAL de todo esto. ¡No caigamos en extremos, porque éstos nunca llevan a nada bueno ni sano!

En este peregrinar-road movie de EO, contemplamos esa capacidad que él –y el mundo animal y la Creación toda-, tienen para la RELACIÓN y VÍNCULO con los HUMANOS. ¡Porque son seres SENSIBLES, con SENSIBILIDAD, y por eso SIENTEN! Es maravillosa, tierna y conmovedora, la secuencia de EO entremezclado entre los NIÑOS. Ellos se vinculan con él, natural y espontáneamente. ¡Más aún con los pequeños down, y con otros niños especiales! SKOLIMOWSKI nos está recordando, eso llamado: ANIMAL TERAPIA, que ¡tanto bien hace a los que sufren distintas situaciones existenciales! La relación y vínculo con los animales, ayuda a sanar, porque –con su SENSIBILIDAD-, enriquecen nuestra alma; a los niños les enseña y educa, en eso del compartir y no ser centro-egoístas… Los ANIMALES NO SON PERSONAS, pero nos complementan y estimulan AFECTIVAMENTE, por eso son terapéuticos. En esta película, la intensidad de esto se ve reflejada, entre EO y la JOVEN del CIRCO.

EO nos es mostrado, también, como TESTIGO, en y de muchas situaciones. La CÁMARA se posa, se entretiene, se “demora”, se ralentiza, en muchas ocasiones: en SUS OJOS y en SU MIRADA. La CÁMARA, que ES MIRADA, es quien MIRA EN y POR LA MIRADA DE “EO”. Vemos así, pasar delante nuestro: las agresiones humanas, muchas veces innecesarias, arbitrarias e indiscriminadas, tanto en el reino animal como en la naturaleza. Pero, SKOLIMOWSKI no se queda sólo en esto. También, SACA a la CÁMARA “A LA REALIDAD”, a la VIDA CONCRETA de las PERSONAS, y “EO” es –conjuntamente-: TESTIGO, PARTÍCIPE, y muchas veces VÍCTIMA de esa COTIDIANIDAD de los SERES HUMANOS, CON SUS COSAS BUENAS y MALAS. Me hizo recordar al “NEORREALISMO ITALIANO”, de Rossellini, De Sica, Antonioni, Visconti, Passolini, Rosi, Fellini…, por nombrar algunos GRANDES. Y también, porque este Director polaco, lo hace con muchos ACTORES NO PROFESIONALES, al modo cómo lo hacían los italianos. Tenemos así, garantizadas, la naturalidad, espontaneidad y realismo, que requiere una película como “EO”.

SKOLIMOWSKI, que es polaco ¡hasta los tuétanos!, nunca deja de lado “hablarnos” de ¡POLONIA! ¡Qué país, qué gente, qué nación, qué Historia las de este sufrido-martirizado y resiliente pueblo! Pero el Director, nos hace un retrato –comprimido y veloz-, de cómo es y vive esa POLONIA HOY, sobre todo tras el Comunismo. Es similar a Occidente, más que nada en y con sus mismos defectos y males. La sociedad es violenta, y por cualquier cosa. También, en la película, nos encontramos con ese Catolicismo polaco, siempre presente, pero igualmente polémico, complejo y doloroso. El personaje “especial”, de ese sacerdote joven y desviado de su Ministerio, es una evidente metáfora de ello. Y está tan, o más, atrapado y perdido que el mismo EO, al cual –accidentalmente-, encuentra. El panorama de la POLONIA ACTUAL, casi como desbordada por el desborde, y por la desorientación, y pérdida de identidad y raíces; aturdida y atolondrada, es desolador en esta película. Pero creo, que no es muy desajustada respecto de los tiempos que vivimos, sobre todo en Europa y Occidente. Y el BURRITO EO, como testigo y protagonista de todo ello, “metido en el medio” de todo lo que va ocurriendo, es una fábula-parábola que ¡mucho nos hace pensar y reflexionar! ¡o, al menos, lo debería!

¿Cómo cierra el Director, una película así? Pues con EO. Él, una vez más –como “la cabra siempre tira al monte”-, busca la libertad de su hábitat natural, y busca esos sentimientos de amor, respeto y cuidado, de los que gozó alguna vez en su pasado. Su mucho andar-huir, y sobrevivir, lo llevan –a los tumbos-, con y entre las vacas… Termina en la “oscuridad” de un matadero… Y allí y así es como, SKOLIMOVSKI apaga la pantalla, dejando el encuadre en negro…: se apaga la vida…

Mis últimas apreciaciones son para el CASTING y actuaciones en este film. Si hay algo que, también, caracteriza siempre a este Director polaco, es su gran capacidad en la DIRECCIÓN DE ACTORES, destacándose mucho más que ellos ¡son BURROS!, y los que son HUMANOS, sólo intervienen puntual, pero MUY sustancial y significativa-semánticamente en esta historia. Destaco, por ejemplo, a: SANDRA DRZYMALSKA, LOLITA CHAMMAH, TOMASZ ORGANEK, MATEUSZ KÓSCIUKIEWICZ, LORENZO ZURZOLO… y la ¡excelente ISABELLE HUPPERT!, a quien sólo le bastan unos muy poquitos minutos, para volver a deslumbrarnos como ¡ACTRIZ!

Esta película es muy “particular”, pero os reitero: ¡vale la pena! Porque es un ¡prodigio de todo lo que puede el LENGUAJE, la TÉCNICA y la NARRATIVA AUDIOVISUALES CINEMATOGRÁFICAS! Con todo ello: nos conmovemos, pensamos y reflexionamos mucho, y ¡disfrutamos de muchísima belleza!

Hasta la próxima, amigos.

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