PELÍCULA: “EL INFIERNO DEL ODIO”. (1963).

¡AKIRA KUROSAWA: EMPERADOR DEL CINE JAPONÉS!

y

¡GUERRERO SAMURAI DE LA PANTALLA!

Ahora compartiré con vosotros, algunas pocas apreciaciones, de este GENIO de ARTISTA INAGOTABLE, llamado: ¡AKIRA KUROSAWA!, quien sorprendió y enamoró a Occidente y, luego, al resto del mundo, hasta nuestros días. Su Cinematografía es como esos lujos que, con el paso del tiempo –que todo lo aquilata, consolida y eterniza-, es de mejor y mejor y mejor calidad… Como ese vino muy bueno que, por serlo, será buen vinagre: ¡y cuánta salud tiene éste!, porque en él hay ¡sustancia, riqueza y fecundidad!…

Pues bien: ¡Salud, Señor Kurosawa! ¡Ya lo creo que usted “habla” de SALUD en y con su CINE!, porque ¡nos confió un Patrimonio fílmico, como su legado, que encierra-revela y regala, abundancia de vida, sensibilidad, belleza, humanismo y Valores!

Esta película que hoy traigo a vuestra consideración, y como propuesta para que la contempléis, no es de las más famosas de KUROSAWA. Pero, habiéndola visto nuevamente (días pasados), volví a encontrarme con ese KUROSAWA ¡EN ESTADO PURO! Me arriesgo a decir que, es un film que retrata a todo este GIGANTE del CINE. Es de esas cintas fílmicas que hacen de bisagra de TODO lo que es KUROSAWA en su Cinematografía; como si este film abrazara, confirmara, sintetizara y nos rememorara a todas y cada una de sus Magistrales más famosas –y ya CLÁSICAS- películas, anteriores y posteriores a “EL INFIERNO DEL ODIO”.

Es una cinta de larga extensión temporal, y densa e intensa en sus contenidos. Por ello, requiere de “ojo” paciente, calmo y detallista para contemplarla. KUROSAWA no es un Cineasta para apurados, ni para los amantes de la “velocidad” secuencial del relato, ni para los efectistas, ni para los que gustan de la prisa vital y artística: ¡ni siquiera en sus películas de más acción, y/o despliegues! Este hombre y creador de CINE, se tomaba sus tiempos; en el universo de sus películas: amaba el ritmo del “fuego lento” en la NARRATIVA de su DISCURSO; apretando la intensidad así en ella, y fomentando una participación contemplativa pero dinámica en el ESPECTADOR, quien siempre era (y es) llevado por la construcción de la TRAMA, y por la sintaxis del MONTAJE. Sus películas de más acción, por ejemplo, no eran un “show”, sino un ESPECTÁCULO (¡cuidado con esto: no son lo mismo!). El CINE de KUROSAWA hay que “mirarlo” ¡tranquilos, sin nervios, sin ansiedades! y ¡expectantes! Él era japonés y, por tanto: detallista y milimétrico, en todo. Sus films son ¡verdadera y paciente filigrana, en la técnica, narrativa y en lo artístico! Y esta película que ahora me ocupa en esta Publicación, sobradamente confirma todo lo que os voy exponiendo.

Dicho film no contiene muchos diálogos (algo que, por otra parte, era muy notable y frecuente en este Director), pero los que aparecen: son esenciales, precisos, significativos e imprescindibles.

KUROSAWA es el ¡dueño! de toda esta película, con ese “pulso” de “muñeca” férrea y bien definida, que siempre tuvo como DIRECTOR. Pero no sólo la dirige, sino que –como ¡tantas veces!-, es el creador también del GUIÓN y el “capitán” de la PRODUCCIÓN. Sus films eran siempre proyectos ¡muy personales!, de ahí que lo consideramos un AUTOR-CREADOR de CINE, y no sólo un Cineasta. Él engendró y parió todo un ESTILO de CINE y de PELÍCULAS, abriendo un fecundo camino a todos los que vinieron luego.

Con, por y desde KUROSAWA, el universo de la NARRATIVA y del LENGUAJE AUDIOVISUAL-CINEMATOGRÁFICO, cambiaron y crecieron. Nada ya podía ni debía ser lo mismo que antes. Su influencia ha sido poderosa y fecunda: sino ¡preguntadle a Cóppola, Scorsese, Eastwood… y una larga lista de GRANDES del CINE!

En esta película, ¡él vuelve a dar una Cátedra, como Eximio Doctor y como Prodigio del ARTE y la TÉCNICA del CINE! Su ¡PORTENTO! con, delante y detrás de la CÁMARA, brilla en esa capacidad de NARRAR y MOSTRAR todo lo que quiere-desea y necesita, y ¡mucho más todavía!, porque en sus películas (y muy puntualmente en ésta), todo lo que contemplamos –en el encuadre de la pantalla-, es un ver, oír, sentir, pensar, vivir… e ir siempre ¡más allá!, a ese “allí” no explicitado, pero sugerido y trascendido prodigiosamente: en “eso” que contiene el plano, el ángulo, la iluminación, la fotografía, la secuencia, la cámara: sus posiciones y movimientos…

Todo ello se cumple, acabadamente, en este film, con esa eximia FOTOGRAFÍA en BLANCO y NEGRO, por ejemplo; con ese manejo expresivo/semántico de escenas y secuencias en SILENCIO, mientras está ocurriendo ¡mucho, muchísimo! Aquí interviene el ESPECTADOR como protagonista, ya que es quien CONTEMPLA y “LEE” todo eso que se le ofrece en el ENCUADRE de la PANTALLA, y en ese “MÁS ALLÁ” DE ELLA y DE ELLO. Sólo un GENIO NARRADOR y CREADOR-CONSTRUCTOR de RELATO de GUIÓN, como lo es KUROSAWA, pudo y siempre puede lograr esto en quien está en la butaca. Esta inteligencia y solvencia narrativo-técnica-expresivo-semántica, van acompañadas y enriquecidas siempre, en y por KUROSAWA, con un elevado sentido y nivel ESTÉTICO-ARTÍSTICO, cargados de BELLEZA, EXQUISITEZ, SUTILEZA, MAGIA, ELEGANCIA y CREATIVIDAD.

Esta película es un ejemplo acabado de todo ello, y de más aún: la siempre presencia del HUMOR en los GUIONES de KUROSAWA; salpicándolo con “toques” naturales, frescos, espontáneos, distendidos, tiernos, ingenuos, inocentes, simpáticos y entrañables ¡por doquier! ¡Incluso en medio, e irrumpiendo maravillosamente, del thriller o del suspense o del drama o de la tragedia o del desconcierto o del mal o del dolor! Los PERSONAJES creados por KUROSAWA son ¡tan perfectamente construidos!, que son ¡totalmente HUMANOS!, aun cuando sean héroes o protagonistas. Y él, como DIRECTOR y DIRECTOR DE ACTORES –sobre todo de VARONES- en ésta, y en ¡tantas de sus películas!, nos vuelve a regalar una performance elogiable por su perfección, profesionalidad, psicología, manejo de interpretaciones corales e individuales, y solvencia en la gestión de la convivencia y desarrollo de sus actores, en el plató de filmación y detrás de las cámaras. Fue un verdadero educador-formador interpretativo, para todos los que trabajaban con y para él. E igualmente con sus colaboradores y sus equipos. De TODOS él lograba talentos y brillante competencia en sus trabajos; y prodigiosas actuaciones, muchas de ellas ¡memorables! Sólo un GRAN MAESTRO logra esto.

¡Dios mío: los GENIOS y ARTISTAS… no deberían morir, nunca!

Elegí también, precisamente, este film, para compartir con vosotros, porque condensa TODOS los TEMAS (u “obsesiones”) de KUROSAWA, de siempre.

La historia nos ubica en el JAPÓN, de apenas casi 20 años de acabada la tragedia desgarradora y sangrante, de la SEGUNDA GUERRA MUNDIAL. No entraré en mayores explicaciones en esto, porque supongo que todos tenemos grabado –en nuestra mente, memoria, alma y corazón-, cómo fue esa contienda, y cómo acabó esa Guerra, sobre todo en y para Japón: las DOS BOMBAS ATÓMICAS, de HIROSHIMA y NAGASAKI. Nuestro KUROSAWA fue testigo de estas tragedias y, en TODA su Obra Cinematográfica, estuvo subyacente, y bastante explícitamente presente, este tema de la VIOLENCIA, el MAL y el DOLOR, que generan conflictos entre los Hombres. En esta película, él crea un GUIÓN que bien hace de “excusa” o de “espejo” o de “catarata”, para su planteo, cuestionamiento y sentir, sobre la ANIQUILACIÓN del HOMBRE POR EL HOMBRE MISMO, con todos los medios a su alcance, y con aquellos que puedan más destruirlo, lastimarlo, y exterminarlo, física-psíquica-afectiva-humana-espiritual-integralmente. KUROSAWA vuelve a sus temas y matices, y “torturas”, ANTROPOLÓGICAS y SOCIALES. En este film, y en todos los suyos, siempre palpita y “sangra” el Hombre y la Sociedad en DESTRUCCIÓN, por eso reiteradamente, alude a la GUERRA y a las LUCHAS, CONFLICTOS y ENFRENTAMIENTOS entre los HUMANOS. Tras su universo técnico-narrativo-estético, el CINE de KUROSAWA siempre nos ofrece temas, dilemas y conflictos de CONCIENCIA, y propuestas de corte MORAL, cargado esto de SENSIBILIDAD y profundo HUMANISMO. Pero no se queda allí. Siempre late, y ofrece, una apertura posible del MAL y de LO MALO –con sus consecuencias-, al BIEN y a LO BUENO, sobre todo el AMOR. Por eso, en las historias creadas por él, para la pantalla, siempre aparece el ¡AMOR!: de pareja, familia, amistad, vecindad, educación, pueblos, sociedades, naturaleza… Es un Cineasta de VALORES y de LO ESENCIAL para ser HUMANOS = PERSONAS PLENAS.

Hasta aquí, hoy y ahora, este “salpicón” sobre KUROSAWA y su Cinematografía, puntualizado ello –esta vez-, en la película ¡excelente!: “EL INFIERNO DEL ODIO”.

¡Qué queréis que os agregue, pues! Más que recomendable que la contempléis, particularmente. Y, si podéis, ¡contemplad muchas películas de KUROSAWA!… Algunos cinéfilos lo echamos ¡mucho! de menos. Por eso, siempre volvemos a él. ¡URGEN Cineastas de ese calibre!, por el bien del mismo CINE, pero también por el bien y la salvación del Hombre y de toda la Humanidad.

Hasta la próxima, amigos.

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